E incluso cuando algunos de sus habitantes consideran migrar a Australia, Tuvalu ha redoblado sus esfuerzos para presionar a ese país con el fin de que reduzca su extracción y exportación de combustibles fósiles.
Otros, sin embargo, señalan que la construcción de un gemelo digital de Tuvalu no significa renunciar a los esfuerzos por salvar las islas. Pare ellos, los esfuerzos por proteger el terreno físico del país pueden complementarse con la preservación de su memoria en el metaverso.
«El programa Nación Digital no representa una aceptación de la pérdida de la nación como entidad física», dice Taukiei Kitara, investigador tuvaluano de la Universidad Griffith en Australia y coautor de un estudio reciente sobre la iniciativa Nación Digital.
Kitara señala que el proyecto tiene la ventaja de ser impulsado por los propios tuvaluanos y además es sólo uno de muchos en la lucha de Tuvalu contra el cambio climático.
El gobierno también está invirtiendo millones de dólares en recuperación de tierras a través de un proyecto de adaptación costera.
En los últimos dos años se han añadido, mediante construcción de terrenos elevados, franjas de tierra a las islas de Funafuti y Fogafale, proporcionando espacio para viviendas, infraestructura y otros servicios esenciales.
En las islas exteriores de Nanumaga y Nanumea nuevas barreras protectoras están impidiendo que las mareas lleguen a hogares, escuelas, hospitales, tierras de cultivo y bienes culturales.
«Planificar para múltiples escenarios –tanto el mejor como el peor y los intermedios- es sensato cuando se trata de gestión de riesgos. Este es el enfoque del actual gobierno de Tuvalu y de gobiernos anteriores», añade Kitara.

Una de las acciones con las que Tuvalu busca frenar el avance del mar es erigir barreras con bolsas de arena. Getty Images
Dejando de lado la cuestión de si el gobierno debería o no prepararse para un futuro más allá de las islas, algunos han sugerido que el plan de la Nación Digital simplemente no es práctico en un país que permanece comparativamente desconectado del mundo digital.
Algunos críticos argumentan que el plan digital es poco más que un ejercicio de relaciones públicas, diseñado para captar la atención internacional y persuadir a naciones más ricas a reducir sus emisiones, algo que es clave para la supervivencia física de las islas.
Pero el esfuerzo que está haciendo el gobierno de Tuvalu para mapear sus islas y mejorar la conectividad sugiere que este proyecto es más que un simple medio de aplicar presión diplomática.
En el primer año después del anuncio de la COP27, Tuvalu completó un escaneo 3D de sus 124 islas e islotes utilizando tecnología Lidar, una técnica de detección remota mediante pulsos láser.
El país está además mejorando su conectividad digital mediante la construcción de un cable submarino de telecomunicaciones, que ayudará a proporcionar el ancho de banda necesario para poner en marcha el plan.
En marzo y abril de 2024 una organización global sin fines de lucro llamada Place, que apoya el acceso abierto a la cartografía y otros datos geográficos, comenzó a mapear Funafuti, la capital de Tuvalu, utilizando drones y cámaras de 360 grados para registrar cada detalle tanto desde el aire como a nivel del terreno.
Estos datos sin procesar se pueden utilizar para crear una imagen similar a las de Google Earth o Street View, pero con la altísima resolución necesaria para captar cada pormenor de las islas, que en algunos lugares tienen sólo decenas de metros de ancho. Cuando se trata de detalles muy finos, la precisión de las imágenes satelitales no es suficiente.
«Condujimos por toda la isla, luego cambiamos a motos y caminamos por senderos con cámaras GoPro”, dice Frank Pichel, supervisor de operaciones de Place. «Creo que hemos recorrido unos 80 o 90 kilómetros y realmente hemos cubierto todo lo que pudimos».

El gobierno de Tuvalu está mapeando todos los sitios de las islas utilizando tecnología Lidar. Getty Images
Pichel señala que, lejos de ser un ejercicio de relaciones públicas, la creación de un «gemelo digital» tiene varias aplicaciones en el mundo real, como ayudar a la nación a adaptarse y mitigar el cambio climático de manera práctica.
Al registrar el tamaño y el ángulo de los tejados, por ejemplo, se puede modelar la capacidad de los paneles solares en el futuro. Mientras tanto, los escaneos de los tanques de almacenamiento de agua pueden ayudar a estimar la disponibilidad de agua potable en la isla.
Es un enfoque que no es exclusivo de lugares como Tuvalu, aunque en este último caso el aspecto cultural y la urgencia del cambio climático añaden otra dimensión a la tarea, agrega Pichel.
«Las economías avanzadas están buscando ir por este camino, incluso si no usan el término ‘gemelo digital’. Londres quiere un ‘gemelo digital’ de su cableado subterráneo para asegurarse de que no se tope con la red vieja de alcantarillado. Así que es algo que existe en la gestión de datos espaciales desde hace mucho tiempo”.

«Hemos hecho lo mínimo para causar la crisis climática, pero estamos pagando el precio más alto», dijo en la Asamblea General de la ONU Grace Malie, activista climática de Tuvalu. Getty Images
El siguiente paso para Tuvalu será mapear el resto de las islas y luego llenar los vacíos restantes, dice Pichel.
Debido a las distancias, ya que las islas de coral se sitúan en una cadena de unos 676 kilómetros, se trata de una tarea difícil y que requerirá mucho tiempo.
No obstante, el equipo de Place espera regresar y capturar cada dos años más datos de las islas, que están en constante cambio debido al impacto del cambio climático.
A medida que se eleve el nivel del mar, construir una réplica digital puede ayudar a Tuvalu a salvar más de su nación de lo que hubiera logrado sin ese plan.
El futuro físico de las islas puede ser incierto, pero su viaje digital apenas ha comenzado.