El expresidente Donald Trump, este jueves durante un foro en la Convención Internacional de Medios Cristianos de la National Religious Broadcasters 2024 en Nashville, Tennessee. MARK HUMPHREY (EFE)
Donald Trump vuelve a reclamar inmunidad. Esta vez lo hace en el caso de los papeles clasificados que el FBI encontró en un registro en Mar-a-Lago, su mansión en Palm Beach (Florida) después de que el expresidente los retuviese indebidamente. Trump alega que debe ser inmune ante las acusaciones de que retuvo ilegalmente documentos de seguridad nacional porque se derivan de decisiones que tomó en sus últimas semanas como presidente. Los abogados del expresidente han presentado varias mociones reclamando el archivo del caso a la jueza Aileen Cannon, nombrada por el propio Trump y que ha tomado de forma recurrente decisiones a su favor.
Por El País
La alegación de inmunidad ya fue presentada por Trump en el caso de Washington en el que se le investiga por sus intentos de fraude en relación con los resultados de las elecciones presidenciales de 2020, que perdió contra Joe Biden. Tanto la jueza que lleva el caso, Tanya Chutkan, como el Tribunal de Apelaciones rechazaron la inmunidad del expresidente en términos muy contundentes.
“Cualesquiera que sean las inmunidades de que pueda disfrutar un presidente en ejercicio, Estados Unidos solo tiene un jefe del Ejecutivo a la vez, y ese cargo no confiere un salvoconducto de por vida para salir de la cárcel”, indicó la jueza Chutkan en primera instancia. “A efectos de este caso penal, el expresidente Trump se ha convertido en el ciudadano Trump, con todas las defensas de cualquier otro acusado penal. Pero cualquier inmunidad ejecutiva que pudiera haberle protegido mientras ejercía como presidente ya no le protege contra esta acusación”, decía la sentencia de las tres juezas del Tribunal de Apelaciones. “Sería una paradoja sorprendente que el presidente, que tiene el deber constitucional último de velar por el fiel cumplimiento de las leyes, fuera el único cargo capaz de desafiarlas impunemente”, desarrollaban.
Trump, sin embargo, ha recurrido al Supremo y ha solicitado que el caso quede paralizado mientras los jueces deciden sobre si el expresidente tiene inmunidad para ser perseguido por presuntos delitos cometidos en el ejercicio de su cargo. El fiscal especial Jack Smith, encargado tanto del caso de Washington como del de Florida, ha pedido al Tribunal Supremo que rechace la petición de Trump y permita avanzar en el proceso.
El expresidente ya ha conseguido dilatar el proceso y ha evitado de momento sentarse en el banquillo de los acusados en plenas elecciones primarias del Partido Republicano. La jueza Chutkan había programado el juicio para el 4 de marzo, pero los recursos de Trump la han obligado a posponerlo indefinidamente. Ahora, la historia puede repetirse en el juzgado de Florida que lleva el caso de los papeles de Mar-a-Lago, en el que Trump está acusado de 40 delitos.
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