El nuevo Mundial de Clubes, que coronó al Chelsea como el primer campeón, será recordado por el Mundial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Prueba de ello fue el protagonismo que impuso durante la entrega del trofeo a los jugadores del equipo inglés, cuando decidió quedarse sobre el escenario mientras Infantino, presidente de la FIFA, le invitaba a retirarse; y Reece James lo miraba fijamente con incredulidad esperando que saliera de la plataforma. Pero ahí se quedó, sonriente y aplaudiendo como uno más. Ahora hay un nuevo capítulo más después de que el propio Trump asegurara en una entrevista con Dazn el día de la final que el trofeo original del Mundial se encuentra en el Despacho Oval que regenta el magnate estadounidense en la Casa Blanca.
Según aseguró Trump, durante la presentación del Mundial de Clubes, le comentó a Infantino que si podía dejarle el trofeo durante un tiempo para colocarlo en el Despacho Oval. Para después preguntarle que cuándo recogerían la copa. Infantino respondió: “No vamos a recogerlo nunca, puedes tenerlo para siempre. Vamos a hacer uno nuevo”. El presidente de EE UU terminó afirmando que hicieron un nuevo trofeo y que el original sigue en su oficina.
El multimillonario aprovechó la entrevista para hacer política cuando fue preguntado si creía que EE UU podía dominar el escenario mundial del fútbol. Su respuesta fue que está haciendo crecer al país económicamente y presumió de sus reuniones con Arabia Saudí o Qatar, país que parece haber cogido ventaja para acoger el próximo Mundial de Clubes. “Tenemos un país en auge, y ahora creo que el fútbol también va a estar de moda aquí”, presumió Trump. La palabra soccer también tuvo su protagonismo. El presidente bromeó con aprobar una orden ejecutiva para llamar al deporte fútbol en su país y no soccer.
Trump enalteció además la labor de Infantino y la llegada de la FIFA a EE UU. No solo por este Mundial de Clubes, sino por la próxima Copa del mundo que compartirá con México y Canadá. “Se trata de unidad, de la unión de todos y de un gran amor entre los países. Supongo que este es probablemente el deporte más internacional, así que realmente puede unir al mundo”, concluyó el magnate.
A pesar de la palabra unión utilizada por Trump, la antesala a la inauguración de este primer Mundial de Clubes estuvo marcada por las protestas en el país, especialmente en Los Ángeles, debido a la política de deportaciones que promulgó el mandatario norteamericano. A esto se le une la dificultad e imposibilidad que tendrán algunos aficionados para acceder al país para el próximo Mundial 2026. El ejemplo más claro es Irán, selección ya clasificada, y cuyos ciudadanos tienen prohibida la entrada a EE UU.
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