Este año, el inicio de la primavera en Argentina presenta una novedad: en lugar de celebrarse el tradicional 21 de septiembre, la estación de las flores llegará un día más tarde, el domingo 22. Este cambio en el calendario estacional ha generado dudas y curiosidad entre quienes esperan la primavera con ansiedad luego del invierno.
El fenómeno no es común, como saben aquellos que siguen de cerca los eventos astronómicos y su impacto en nuestra vida cotidiana. La variación en la fecha es un recordatorio de que, aunque confiamos en calendarios y cronogramas establecidos, la naturaleza tiene sus propios ritmos y peculiaridades.
El inicio de la primavera está determinado por un fenómeno astronómico conocido como el equinoccio. Este ocurre cuando el Sol se encuentra directamente sobre el ecuador terrestre, lo que provoca que el día y la noche tengan aproximadamente la misma duración en todo el planeta. En el hemisferio sur, este evento marca el comienzo de la primavera, mientras que en el hemisferio norte indica el inicio del otoño.
Además, en los equinoccios se produce un fenómeno llamado “anulación de la inclinación”. Esto significa que la inclinación del eje terrestre no se dirige hacia el Sol ni se aleja de él. Como resultado, no hay una temporada específica predominante en ninguna parte del mundo; es decir, ni el hemisferio norte ni el sur están inclinados hacia el Sol.
El equinoccio ocurre dos veces al año, en marzo y en septiembre, aunque la fecha exacta puede variar cada año debido a la naturaleza elíptica de la órbita terrestre.
En Argentina, aunque culturalmente se celebra el Día de la Primavera el 21 de septiembre, el equinoccio no siempre coincide con esta fecha. Esto se debe a que el año trópico (el tiempo que tarda el Sol en volver al mismo punto en el ciclo de las estaciones) no es perfectamente compatible con el calendario gregoriano. Por lo tanto, el equinoccio de primavera puede caer entre el 21 y el 24 de septiembre, dependiendo del año.
El equinoccio de primavera en el hemisferio sur ocurre entre el 21 y el 24 de septiembre, dependiendo del año. En 2024 se producirá el domingo 22 de septiembre a las 09:44 horas en Argentina, según el Servicio de Hidrografía Naval.
A partir del equinoccio de primavera, las horas de luz solar comienzan a aumentar gradualmente, trayendo consigo días más largos y temperaturas más cálidas en el hemisferio sur.
Este periodo simboliza el renacimiento de la naturaleza y el florecimiento de la vida, lo que ha convertido a la primavera en una estación de celebración en muchas culturas. En la tradición celta, el equinoccio de primavera se celebra con Ostara, una festividad que representa el renacimiento y la renovación. En México mucha gente visita sitios arqueológicos como Teotihuacán vestidos de blanco, en busca de una conexión positiva con la energía nueva. Cabe destacar que, por suceder en el hemisferio norte, estas celebraciones se realizan en marzo.
En Argentina, además de la tradición de festejar el 21 de septiembre como el Día de la Primavera, este evento marca el inicio de un clima más templado y propicio para actividades al aire libre, contribuyendo al espíritu festivo de la estación.
Aunque el 21 de septiembre se consolidó como una fecha simbólica para el comienzo de la primavera en Argentina, es el movimiento de la Tierra y la inclinación de su eje los que realmente determinan el inicio de las estaciones. Este ajuste en el calendario no solo tiene implicaciones culturales, sino que también subraya la precisión con la que se deben observar los ciclos astronómicos, que varían levemente cada año debido a la órbita elíptica de nuestro planeta.