Más de un centenar de líderes religiosos de Florida pidieron este martes al gobernador Ron DeSantis que «detenga la ola de ejecuciones» en el estado, que este año podría alcanzar un récord desde que se restableció este castigo hace medio siglo, con más de ocho penas capitales.
En una carta entregada al gobernador en Tallahassee, la capital de Florida, los líderes expresaron su preocupación porque 2025 podría superar las ocho ejecuciones que se presentaron en 1984 y también en 2014.
En lo que va de año, Florida ha llevado a cabo siete ejecuciones y tiene programadas otras dos en 15 de julio y el 31 de este mes.
El sacerdote de la Diócesis de Pensacola en Tallahassee, Dustin Feddon, quien ha pasado muchos años visitando presos en las cárceles de Florida, mostró su preocupación por «el dramático incremento en la firma de órdenes de ejecución» en el Estado, y llamó al gobernador DeSantis y a los líderes estatales a detener esta práctica.
Estas ejecuciones se producen en un contexto de creciente controversia tras la expansión de la pena de muerte en Florida, impulsada por nuevas leyes promovidas por DeSantis que permiten, entre otras medidas, que se imponga la pena capital con una mayoría de 8 de los 12 miembros del jurado, en lugar de la unanimidad previamente requerida en los juicios.
«Creemos firmemente en la necesidad del castigo», pero «no creemos que matar a las personas sea, en última instancia, la respuesta a estos graves crímenes», añadió Feddon antes de dirigirse, junto al resto de figuras que lo acompañaron, hasta la oficina del gobernador.
Florida, con 269 condenados a pena de muerte según datos del Departamento de Correcciones, es actualmente el segundo estado del país con más reclusos en el corredor de la muerte, después de California, que ocupa el primer lugar, con 585.
«También lideramos el país en el número de personas exoneradas», con 30 individuos sentenciados a pena de muerte y posteriormente probados inocentes, defendió Demetrius Minor, director ejecutivo del movimiento Conservatives Concerned y miembro de la iniciativa lanzada por DeSantis para fortalecer la colaboración entre el gobierno y las organizaciones religiosas, Faith & Community, en una rueda de prensa.
El líder religioso calificó la pena de muerte como «un sistema de retribución, política y errores graves», y criticó que el gobernador, solo, decide quién vive y quién muere, lo que considera que no es justicia, sino venganza.
«Deberías librarte de ellas», denunció, en referencia a las ejecuciones, el diácono Andy Grosmaire de la Concatedral de Santo Tomás Moro en Tallahassee, quien compartió el asesinato de su hija en 2010 por su entonces pareja y defendió que, pese al dolor, «es la misericordia la que nos ayudó a sanar».
Grosmaire subrayó que este castigo, que tarda un promedio de 23 años en ejecutarse, impide que los que cumplen condena «tengan la oportunidad de cambiar sus vidas». EFE
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