Los migrantes que pudieron ingresar a Estados Unidos apenas horas antes de que el presidente Trump ordenara cerrar la frontera dicen que están agradecidos de haberlo logrado antes del cierre.
“Muchos de nosotros llegamos aquí antes de que Trump asumiera el cargo, como en mi caso”, dijo John Sánchez, de 30 años, ciudadano colombiano y venezolano, a The Post en el Aeropuerto Intercontinental George Bush en Houston el miércoles.
Cerca de allí, un puñado de inmigrantes se amontonaban cerca de un teléfono público del aeropuerto esperando que sus familiares les enviaran dinero para sus vuelos a otras partes de Estados Unidos.
Los migrantes, originarios de Colombia, Venezuela, Ecuador, Siria y Brasil, mostraron los documentos proporcionados por agentes fronterizos que los liberaron justo a tiempo antes de que Trump pusiera fin a la política de “captura y liberación” de la administración Biden.
Los inmigrantes ilegales detenidos en la frontera sólo pueden ser liberados con la aprobación de la sede del Departamento de Seguridad Nacional en Washington, según nuevas órdenes dadas a los agentes de la Patrulla Fronteriza esta semana.
Anteriormente, a los migrantes se les permitía ir con una fecha de audiencia judicial, pero ahora el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) tiene la facultad de enviarlos de regreso a sus países de origen.
Sánchez aseguró que cruzó al país por Eagle Pass, Texas, y fue liberado el día de la toma de posesión. Aseguró que la frontera ahora está “cerrada”.
“Tenemos suerte de que nos hayan dado una especie de libertad condicional. No es nada permanente, pero es algo que nos da la oportunidad de encontrar algo más perdurable”.
El destino de Sánchez era Charlotte, Carolina del Norte, donde dijo que tiene un amigo.
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