A medida que los costes operativos y salariales de los equipos continúan aumentando, las instituciones deportivas buscan alternativas para aumentar sus beneficios. Uno de los métodos más lucrativos ha sido el cambio de nombre de los estadios a través de contratos de patrocinio. El solo hecho de ceder los derechos de denominación de los estadios puede aportar cifras que parecen sacadas de otro mundo. Pero ¿Cómo ha llegado esta práctica a ser tan popular en el fútbol moderno? Veámoslo más de cerca.
Una tendencia que no deja de crecer
No es ningún secreto que los clubes de fútbol siempre han buscado nuevas formas de financiarse. Es por eso que cada vez son más los clubes que optan por cambiar el nombre de sus estadios, sustituyendo el nombre original o el tradicional por el de una marca comercial.
Un ejemplo muy sonado es el del Atlético de Madrid, que recientemente renombró su estadio como Riyadh Air Metropolitano. El club español, que firmó un contrato hasta 2033, ingresará cerca de 10 millones de euros anuales, según estimaciones de diferentes medios deportivos.
Sin embargo, esta práctica no es nueva. Equipos como el Bayern Munich, cuyo Allianz Arena genera 13 millones de euros al año, o el FC Barcelona, con su Spotify Camp Nou, que les reportará 20 millones de euros anuales una vez regresen al estadio, llevan años beneficiándose de este tipo de acuerdos.
Pero estos ingresos no solo provienen de empresas tradicionales: las apuestas deportivas han ganado un peso considerable en los últimos años, con acuerdos multimillonarios que colocan a las principales casas de apuestas deportivas como patrocinadores de renombre en clubes de todo el mundo. La sinergia entre fútbol y apuestas ha creado una nueva vía de ingresos y promoción tanto para los equipos como para la industria del juego.
¿Cuánto ganan realmente?
Las cifras que se manejan en este tipo de contratos son impresionantes, pero varían bastante dependiendo del club, la liga y, por supuesto, el patrocinador que esté detrás del acuerdo. Un análisis reciente de Football Benchmark destaca que el Bayer Leverkusen, con su BayArena, encabeza la lista al generar casi 30 millones de euros anuales. Esa suma coloca al club en una posición económica envidiable frente a sus competidores.
En contraste, otros clubes como el Arsenal, con su Emirates Stadium, reciben alrededor de 6,9 millones de euros al año, una cifra que, aunque modesta comparada con equipos como el Bayer, sigue siendo una inyección financiera importante. Incluso equipos fuera de las principales ligas europeas, como el LA Galaxy, logran obtener un jugoso beneficio de 6,4 millones de euros gracias al patrocinio de Dignity Health Sports Park.
Luces y sombras de los patrocinios en los estadios
Por un lado, está claro que los acuerdos de patrocinio en los estadios representan una fuente de ingresos inmediata y valiosa. Además, ayudan a fortalecer la marca del club, especialmente cuando la asociación se hace con empresas globales. No es casualidad que compañías como Allianz, Emirates o Spotify busquen vincularse con el fútbol: su visibilidad se multiplica de forma espectacular.
Pero no todo el mundo está a bordo con esta tendencia. Muchos aficionados ven con recelo el hecho de que su estadio. Para ellos, cambiar el nombre del estadio es casi una traición a la tradición y a los valores históricos del equipo.
Quizás no sea lo que todos los hinchas esperaban, pero en un deporte tan globalizado como el fútbol, las marcas han llegado para quedarse. Y mientras los clubes sigan necesitando ingresos para mantenerse a flote, los estadios seguirán siendo uno de los activos más valiosos en la mesa de negociación.
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