Existen grandes diferencias entre jubilarse en España o hacerlo en Argentina. Los sistemas de pensiones son muy distintos, aunque la coincidencia más notable es que mientras que tanto en el país americano como en el europeo, en contraste, hay un sistema público de reparto, aunque en ocasiones también se complementan con planes de retiro o pensiones privados.
El cálculo de la pensión se realiza de manera diferente en cada país. En Argentina, la pensión se calcula en base al promedio de las remuneraciones de los últimos diez años de trabajo y los aportes realizados. Mientras que en España, la pensión se basa en los años cotizados y el promedio de las bases de cotización de los últimos 25 años. Las aportaciones y cotizaciones también difieren. En el país que preside Javier Milei, los trabajadores aportan un 11% y los empleadores un 10,17% de los salarios al sistema previsional. En el de Pedro Sánchez, las cotizaciones son un 28,3% del salario, dividido entre trabajadores (4,7%) y empleadores (23,6%).
Si algo tienen en común ambos países es que enfrentan desafíos de sostenibilidad en sus sistemas de pensiones. En Argentina, el sistema ha enfrentado varias reformas y tiene problemas de sostenibilidad debido a la falta de actualización de los aportes y la alta inflación. España también enfrenta este desafío debido al envejecimiento de la población, con reformas orientadas a prolongar la vida laboral y ajustar las pensiones.
También es muy similar la edad de jubilación, aunque en España varía cada año, mientras que en Argentina la edad general es de 65 años para hombres y 60 años para mujeres. En España no se hace esta diferencia por sexos: en 2024 es de 66 años y 4 meses, y va variando gradualmente.
Por otro lado, existen complementos y pensiones mínimas para quienes no alcanzan ciertos umbrales en las dos naciones. En Argentina, se ofrece la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) para quienes no alcanzan la jubilación mínima. En España, se ofrecen complementos por mínimos para asegurar una pensión mínima, así como pensiones no contributivas para quienes no hayan cotizado lo suficiente.
Respecto a las cuantías, las diferencias son notables. Comencemos por las de España. Según el último informe de la Seguridad Social, con datos de mayo de 2024, la pensión media en España es 1.254,34 euros, teniendo en cuenta todos los distintos tipos de pensiones (jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y a favor de familiares). No obstante, hay grandes diferencias entre comunidades autónomas, ya que en Extremadura un jubilado cobra 1.053,42, mientras que en el País Vasco asciende hasta los 1.551,23 euros. Dentro de las propias comunidades, también existen grandes diferencias entre provincias. Así, por ejemplo, mientras que la pensión media en Valladolid es de 1.377,90 euros, en Zamora es de 1.070,07 euros.
En cuanto a la cantidad mínima, para mayores de 65 años, se sitúa en 14.466,20 euros anuales en el caso de titulares con cónyuge a cargo, en 11.552,80 euros en el caso de titulares sin cónyuge, y en 10.966,20 euros en el caso de beneficiarios con cónyuge no a cargo. La pensión mínima de viudedad para beneficiarios con cargas familiares asciende en 2024 a 14.466,20 euros anuales. En el caso de titulares con 65 o discapacidad en grado igual o superior a 65%, la pensión de viudedad mínima se sitúa en 11.552,80 euros anuales.
La cuantía máxima de las pensiones públicas será de 3.175,04 euros mensuales (44.450,56 euros anuales). En todo caso estamos haciendo referencia a las pensiones contributivas, es decir, a las prestaciones económicas que reciben las personas que han realizado aportes al sistema de seguridad social durante su vida laboral. Están basadas en las cotizaciones efectuadas por el trabajador y su empleador.
Las pensiones no contributivas van dirigidas a personas que no cumplen con los requisitos de cotización necesarios para acceder a una pensión contributiva. Están destinadas a garantizar un ingreso mínimo a individuos en situación de necesidad, que tienen una discapacidad o que son adultos mayores carentes de recursos suficientes. En Argentina, un ejemplo es la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), como hemos mencionado anteriormente. En España, existen las pensiones no contributivas de jubilación e invalidez.
En Argentina, la cuantía que cobra de media un jubilado puede variar debido a varios factores, incluyendo la inflación y las políticas de ajuste de las pensiones. Sin embargo, como referencia, según los últimos datos de la página web del Gobierno de Argentina que hacen referencia a junio de este año, la media es de 357.148 pesos, que equivalen a unos 360 euros, unos 894 euros menos que en España. En cuanto a la mínima, es de 206.931 pesos, que suponen 214 euros, mientras que la máxima es de 1.392.450 pesos, que son 1.440 euros.
Claro que el complejo esquema cambiario que rige en la Argentina dificulta las comparaciones. En el país sudamericano, controles de cambio han hecho que convivan múltiples tipo de cambio. Y es totalmente imposible, por ejemplo, que un pensionado cambie su haber por 216 euros en un banco o casa de cambio, es decir, al tipo de cambio oficial. Si quisiera hacerlo, debería recurrir a mercados paralelos, como el de los dólares financieros que se operan en la Bolsa de Comercio y que pese a su aparente complejidad se han popularizado.
Así, la media que cobran los jubilados argentinos llega, en realidad, a cerca de 268 euros al tipo de cambio financiero. La mínima, mientras tanto, asciende a 155 euros y la máxima a 1.044 euros.
No obstante, es importante precisar que esto puede cambiar, y algunas pensiones por arriba de la mínima pueden ser significativamente más altas dependiendo de los aportes y los años de contribución de cada jubilado.