Es solo la punta del iceberg lo que estamos viendo; solo vemos 15% o 20%; el otro 80% -que está sumergido- es lo que realmente está moviendo la situación política que desde afuera pareciera estancada… nada más lejos de la realidad.
Están ocurriendo cosas graves dentro del gobierno, mientras la oposición está teniendo conversaciones a nivel internacional. Y, aunque el contacto directo entre gobierno y oposición está cortado, sigue activo a través de interpósitos actores que llevan y traen mensajes, propuestas y escenarios posibles, aún sin posibilidades de solución.
Por ejemplo, no estamos viendo la diatriba profunda interna dentro de la cúpula del chavismo donde se están moviendo piezas, unas desde el punto de vista estratégico, como el cambio de énfasis y el aumento de la represión; y las otras, desde el punto de vista táctico, como la toma de Pdvsa, que, si bien sigue dentro del mismo chavismo, pero con cambio de prioridades; son los grupos de poder que están luchando entre sí y enrocando espacios que sin duda se convertirán en mayor deterioro para el país.
Digo lo del mayor deterioro porque lo poco que había podido hacer Telechea dentro de Pdvsa -que es muy poco pensando en la Pdvsa que supo ser, pero muy mucho en la Pdvsa destruida que él recibió- con las mismas enfermedades y dolencias que engendró el chavismo, fue a lo mejor el que mejor pudo hacer las cosas.
Y ahora pasó a manos de gente que no tiene idea de petróleo, y no le interesa tenerla tampoco, sino que es como asegurarse hasta el último minuto la captación de recursos para esta última etapa… “raspar la olla”, cueste lo que cueste.
También están ocurriendo cosas en el tema militar donde no solamente en el alto mando hay algún tipo de disidencia que se mueve entre los compañeros de promoción (hay que entender que Padrino López es de una promoción que ya hace muchos años quedó superada y que ya no tiene compañeros de su generación en actividad) sí hay discusiones fuertes sobre qué posición tomar, siempre cuidándose de que otro compañero -porque la solidaridad y el compañerismo se perdieron ya dentro de la fuerza- los vaya a delatar.
La tradicional desconfianza entre ellos se ha profundizado y muestra que la fisuras pueden convertirse en grietas. También está la división entre el alto mando y las bases, a partir de coronel hacia abajo, que tienen problemas serios para acompañar a la cúpula en este proceso, más que nada porque justamente esos grupos son los que tuvieron desplegados en el Plan República, y son los que saben exactamente qué es lo que pasó, y no es lo que el gobierno dice que pasó… mas bien saben que las actas de María Corina Machado son las verdaderas.
Y algunos de ellos tienen copias de esas actas en cada una de las mesas, que, si tuvieran una gran asamblea y las mostraran, confirmarían todo eso del 70-30 que es la división digamos cuasi oficial del pensamiento del país. Aunque dentro de 30% del chavismo hay por lo menos una tercera parte que hubiera votado en contra si las condiciones de supervivencia hubieran sido diferentes. Para ser realistas, en este momento la división del país está en el orden de 85% Edmundo y 15% Maduro.
Del lado de la oposición sigue habiendo una unidad, y voy a usar la palabra “inquebrantable”, pero no estaría reflejando la realidad; más realista sería decir que, entre los líderes opositores, hay una unidad conveniente alrededor de María Corina Machado y Edmundo González, por la legitimidad que ellos se han ganado en las bases del pueblo de Venezuela.
Ya que son capaces de convocar a la población de una forma que ningún otro líder de oposición -y habría que agregar: ni líder del chavismo- podría convocar. En este momento el liderazgo de María Corina Machado funciona como un paraguas que no solamente cobija al presidente electo Edmundo González Urrutia, sino que cobija a todo el resto del liderazgo opositor así a ellos no les guste ni les convenga.
Porque siguen creyendo que los pequeños pedacitos de espacio que cada uno de ellos cree tener puede convertirse en algo importante al momento de negociar, o por lo menos les garantizan un pequeño espacio de poder que creen que puede servirles para algo. El comentario anterior tiene que ver con que los perfiles de muchos de los actuales dirigentes seguidores de María Corina Machado muestran que, ante la menor debilidad o el menor detalle de María Corina, se darían vuelta y empezarían a criticarla y hasta negociarían con el chavismo, porque en su esencia son oportunistas que se han acostumbrado a vivir de esa manera y se han acostumbrado a vivir del chavismo.
La gran diferencia con el pasado y que muchos de ellos, tanto en la oposición como en el chavismo, no se han dado cuenta de que el país cambió; por un lado, el debilitamiento brutal del chavismo hace que ya los opositores que se acostumbraron a vivir del chavismo con el rol de “opositores” (estoy seguro que en la medida que voy diciendo estas cosas a más de uno se le vienen nombres a la cabeza) y que hoy están en un problema serio.
Especialmente los que pertenecen a la Asamblea Nacional de 2020 porque se encuentran arrastrados por la estrategia radical del chavismo y que tanto ellos como muchos empresarios enchufados, que sienten el temor de acompañar la barbarie que está pasando, pero sienten mucho más temor de los coletazos defensivos del chavismo que está castigando de una manera brutal a toda expresión de disidencia que pueda tener algún tipo de empatía con las bases populares.
Algunos de estos diputados o de los empresarios que vivían y aún viven a cobijo del chavismo hoy están queriendo abandonarlo y no saben cómo sin que les cueste la vida en el intento, a ellos y a los que más quieren, a su núcleo cercano y muy posiblemente a todo el árbol y las ramas que se desprenden de sus contactos de WhatsApp. Cuidado con quien se juntan.
Ese espacio que se ha ido creando y que crece cada día un poco más, de funcionarios, diputados, políticos, militares y empresarios chavistas, es el que, en la parte oculta del iceberg, está funcionando como una zona de intercambio, donde, en forma cada vez más generalizada, se impone la tesis de que el gobierno se ha vuelto insostenible y que debe aceptar que esto se acabó y que hay que dar paso a alguien que tenga la oportunidad de hacerlo mejor.
Porque el chavismo, acostumbrado a manejarse solo con lo discursivo y comunicacional, mientras al país lo rompían en pedazos, sigue apelando a ese discurso, en el que ya nadie cree, y que ellos mismos lo repiten cada vez con menos convencimiento. Pongan atención a las declaraciones de los nuevos (no tan nuevos) en el gabinete, y notarán que repiten lo mismo, pero sin convencimiento… y la gente lo sabe… y lo nota… por eso es que el pueblo se manifestó de la manera en que lo hizo… y sin contar con los 4,5 millones de votos (de los casi 8 millones de emigrados) que hubieran llevado a la casi extinción electoral del chavismo.
La preocupación del apagón nacional que a la fecha de esta columna está en plena evolución (la luz va y viene… pero más va que viene), no es otra cosa que un conjunto de maniobras que podrían haberles salido bien si no fuera por el alto grado de deterioro de la infraestructura eléctrica, con énfasis en la transmisión troncal, y en las subestaciones de salida desde las plantas del Caroní. Quisieron hacer una mueca y les salió una morisqueta, tratando de cortar internet y asustar a la población, además de llevar a cabo procedimientos antipersonas durante los oscurecimientos.
Se cansaron de que la gente les grabe videos de las detenciones y decidieron hacerlo en las oscurantinas, pero se dieron cuenta de que el sistema eléctrico estaba prendido con alfileres y se les fue de las manos… ahora, además de todos los problemas que tienen, se sumaron el problema eléctrico, que habían ido logrando “parapetearlo” con cierto éxito, canibalizando equipos y dejando sin luz en forma sistémica al interior del país. Todo lo anterior con la nueva gestión radical en relaciones interiores de la cual depende políticamente Corpoelec.
Política
El cambio de gabinete de esta semana tiene el claro propósito de reagrupar las fuerzas alrededor del núcleo de poder que hoy está manejando el país, dispersando o diluyendo las autonomías de algunos ministros. Porque había algunos ministros tales como Castro Soteldo que sentía que los espacios de la agricultura ya le pertenecían solo a él. Y descubrió, igual que El Aissami cuando le tocó, que, de un momento para otro, ya no le pertenecen más y quedó desplazado.
La pregunta que hay que hacerse si ese desplazamiento se debió solamente al tema de reagrupar al núcleo duro propio, o se debió a que no había coincidencias con la manera en que se estaba encaminando el proceso.
El haber mantenido al ministro de Defensa demuestra que es la única ancla de relacionamiento con la Fuerza Armada, excepto la Guardia Nacional (y la ya casi desaparecida Milicia) que en general las otras tres fuerzas siempre la consideraron como una fuerza de segunda, y de hecho es la que está siendo utilizada como carne de cañón para este proceso de represión salvaje.
Lo cual muestra que, si bien la Fuerza Armada en su totalidad se convirtió en una guardia pretoriana del chavismo, hoy no cabe duda que si hubiera que tener un “honorímetro” los que habrían perdido totalmente el concepto del honor serían los de la guardia, y los que estarían dispuestos u orientados, o que extrañan el sentir el honor del uniforme, estarían en las otras tres fuerzas que por el momento no están participando en la represión, pero que podría ocurrir en cualquier momento.
Porque son 25 años de deformación del pensamiento militar que uno, cuando revisa las fuerzas armadas del resto de los países iberoamericanos, que honran las glorias de la independencia, se encuentra que en nuestro caso no solo las deshonran, sino que no les importa… y actúan con un salvajismo contra su propio pueblo que solo muestra el grado de deterioro moral en que ha caído el sistema en su conjunto.
El otro cambio importante es el Ministerio del Interior que uno podría decir se lo dieron a Diosdado Cabello, cuando la realidad es que lo más probable es que el propio Diosdado haya decidido colocarse ahí a sí mismo. Porque a partir de las 4:00 pm del 28 de julio, el poder cambió de manos en Venezuela y quedó en manos de Diosdado, quien se ha convertido en el verdadero jefe de esta nueva revolución que ya no se parece a la originaria; en el sentido que antes contaban con el apoyo popular y hoy cuentan con el repudio popular.
Siendo que el resto de la cúpula chavista pasó a ser su subordinada (por el criterio de que el cargo público no importa sino el poder y la capacidad de daño); y hoy, por el caudal de confirmaciones que lo mencionan, Nicolás Maduro podría decirse que es un subordinado de Diosdado, y si se profundizara un poquito más, hasta se podría decir que es un rehén y un cautivo.
La revolución se va comiendo a sus propios hijos en su proceso de defensa y huida hacia adelante; este proceso que comenzó en febrero del 2023 con la captura de Tareck el Aissami y sus 80 altos ejecutivos y socios privados, y alrededor de 1.400 nombres que orbitaban alrededor de ellos, es que comenzó la revolución comiéndose a sus hijos; la pregunta que queda es cuál será el último hijo a ser comido y quién será el que se lo coma.
Social
Según el informe de HumVenezuela y la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2023, la situación de la pobreza en Venezuela en 2024 es muy grave y sigue siendo uno de los principales problemas sociales del país.
Los puntos clave son la pobreza extrema y la multidimensional con un alto impacto en la economía, conduciéndonos a la presente crisis humanitaria, con fuerte impacto en la salud; dando como resultado la impresionante migración de la que somos víctima en la actualidad; la cual, todo indica que seguirá incrementándose, porque la gente no tiene el tiempo ni los recursos para esperar el cambio de gobierno que irremediablemente sobrevendrá… que estamos claros que tomará aun un tiempo. Esperemos que sea pronto y que en enero se produzca el cambio de mando.
La EncoviI 2023 informó que 76,6% de la población venezolana vivía en condiciones de pobreza extrema, lo que significa que más de tres cuartos de la población estaba en situación de extrema vulnerabilidad económica. Además de la pobreza de ingresos, la Encovi también midió la pobreza multidimensional, que incluye aspectos como la vivienda, el empleo, los servicios públicos y otros factores sociales. El estudio reveló que 65,2% de los hogares estaban «en situación de privación» en múltiples dimensiones.
La contracción económica y la inflación crónica han exacerbado la pobreza. El informe menciona que la economía venezolana se ha dolarizado, lo que ha deteriorado aún más el poder adquisitivo de los ingresos de la mayoría de los hogares. La situación se considera una emergencia humanitaria compleja.
Según HumVenezuela, en noviembre de 2023 había 20,1 millones de personas con necesidades humanitarias, de las cuales 14,2 millones presentaban necesidades críticas en distintas áreas de sus vidas. Si bien la organización humanitaria ha estado trabajando para abordar estas necesidades, enfrenta desafíos significativos pues tiene efectos graves en la salud pública y ha llevado a una gran cantidad de personas a abandonar el país, lo que complica aún más la situación para quienes aún permanecen.
En resumen, la pobreza en Venezuela en 2024 sigue siendo un problema estructural y complejo, afectando a la mayoría de la población y generando una emergencia humanitaria de gran magnitud. Las causas profundas están vinculadas a la crisis política y económica del país, lo que ha llevado a una situación de vulnerabilidad extrema para la mayor parte de la sociedad venezolana.
Por lo anterior es que causa estupor que el gobierno ataque sin clemencia estas personas que buscan que sus condiciones de vida mejoren y que ya le dieron al chavismo una oportunidad de 25 años, al final de los cuales solo queda destrucción y desolación. Y que no hay miras de que, si ellos se quedaran por la fuerza, estas cosas mejorarían. La gente ya sabe que ocurriría todo lo contrario, y que no hay posibilidades de que, a estas alturas, el chavismo pueda hacer algo por remediarlo.
Económico
En línea con lo anterior, es difícil creer que el chavismo podrá mejorar significativamente la situación económica de Venezuela, y menos después del 28 de julio de 2024. Temas como el crecimiento económico, y la recuperación del sector petrolero no parecen posibles, más allá de los números que puedan mostrar; porque este mes tendrá una producción en el orden de 530 mil bpd y por mas números de crecimiento que presenten, la realidad que se vive en las calles es de más pobreza y de una economía muy vulnerable solamente sostenida por una política monetaria y cambiaria, anclada con el dólar.
Y en cuanto a lo petrolero, con los cambios de gabinete, como con todo cambio, habrá un retroceso, a lo cual habrá que sumarle las nuevas sanciones que se vienen; bueno, nos veremos seriamente afectados.
La economía venezolana sigue enfrentando desafíos importantes, incluyendo la inflación crónica y las restricciones internacionales, con una creciente dependencia de factores externos como las políticas internacionales y la producción petrolera global; y hoy, tal vez más que nunca antes, dependiendo profundamente de EE UU, y de su moneda.
Ya a estas alturas, y con la credibilidad perdida por su posición frente a los resultados electorales del 28 de julio, ya se puede afirmar que, en el tiempo que le queda, el chavismo no podrá lograr una verdadera transformación económica sustentable. Porque la situación económica de Venezuela ha sido compleja durante décadas y requiere soluciones estructurales profundas que van más allá de simples ajustes macroeconómicos.
La dependencia histórica del país en la industria petrolera y las limitaciones institucionales siguen siendo desafíos significativos para cualquier gobierno.
Los principales problemas estructurales que Venezuela enfrenta son:
- dependencia excesiva de los recursos naturales: la economía venezolana ha estado históricamente basada en la explotación de recursos naturales, principalmente petróleo, lo que ha llevado a la llamada «maldición de los recursos naturales»;
- déficit fiscal y baja recaudación fiscal: con un déficit público elevado de aproximadamente 18% del PBI, con un nivel de gasto público superior a 31,2% del PBI y con ingresos públicos apenas superiores a 13,1% del PBI. Esto se debe principalmente a la baja recaudación fiscal y la erosión de los ingresos por la inflación y la contracción económica;
- políticas económicas ineficaces: las políticas de gasto y subsidios, así como los controles de precios y tarifas del sector público, más el incremento de la presión tributaria, han sido ineficaces para generar un crecimiento económico sostenible;
- improductividad y falta de competitividad: la economía venezolana es considerada muy improductiva y poco competitiva, lo que limita su crecimiento y diversificación;
- problemas cambiarios: la falta de liquidez y la imposibilidad de mantener controlado el mercado cambiario han llevado a una inflación galopante y una merma en los ingresos del Estado;
- corrupción y malversación de fondos: la corrupción generalizada en el gobierno y la malversación de fondos destinados a programas sociales han erosionado la confianza en las instituciones;
- colapso institucional: la mayoría de las instituciones del país, incluyendo la justicia, muestran síntomas de putrefacción, lo que afecta la gobernabilidad y la seguridad ciudadana;
- falta de diversificación productiva: a pesar de grandes inversiones en programas sociales, no se ha logrado una diversificación productiva efectiva del país;
- sanciones internacionales: las sanciones económicas internacionales han agravado la crisis económica del país; y
- problemas de seguridad: La inseguridad y la violencia han aumentado significativamente, afectando la calidad de vida de la población.
Estos problemas estructurales han llevado a una crisis económica y política prolongada que requiere soluciones profundas y sostenibles para ser abordados de manera efectiva. Los principales problemas estructurales que Venezuela enfrenta y las políticas económicas implementadas para abordarlos son:
- Dependencia excesiva de los recursos naturales: la economía venezolana ha estado históricamente basada en la explotación de recursos naturales, principalmente petróleo. Para abordar esto, se han implementado políticas de diversificación productiva y fomento de actividades económicas no tradicionales, que por problemas de gerencia no funcionaron.
- Déficit público y baja recaudación fiscal: se han implementado políticas fiscales para reducir el déficit y mejorar la recaudación, como la aplicación de nuevos impuestos y la modernización del sistema tributario, pero los resultados han operado en sentido inverso ahogando a las empresas.
- Ineficacia de políticas económicas anteriores: se han reconocido los fracasos de políticas de ajuste estructural pasadas y se buscan alternativas que concilian la política económica con la política social; aspecto que siempre ha estado en el discurso, pero nunca en la práctica.
- Problemas cambiarios: se han implementado medidas para estabilizar el mercado cambiario y controlar la inflación galopante.
- Corrupción y malversación de fondos: se están trabajando en reformas institucionales para combatir la corrupción y mejorar la transparencia en la gestión pública, aspecto este que no ha mostrado resultados, porque sigue ocurriendo lo mismo, pero ahora con otros actores.
- Colapso institucional: se buscan soluciones para fortalecer las instituciones del Estado y mejorar la gobernabilidad.
- Falta de diversificación productiva: se están impulsando programas de desarrollo industrial y tecnológico para reducir la dependencia de los recursos naturales, los cuales nunca llegan a superar la etapa del Power Point.
- Problemas de seguridad: se deberían implementar políticas de seguridad ciudadana y combate al narcotráfico. El caso del avión de Emtrasur con cocaína con destino a Afganistán, donde el mismo gobierno intercepta al propio gobierno, y se supone que simplemente cambio de manos.
Internacional
La principal amenaza que se cierne sobre nuestra región latinoamericana se encuentra en la República de Irán que ha ido extendiendo sus posiciones sobre nosotros, bajo el manto de programas de cooperación técnica que en realidad tratan de disfrazar la penetración de grupos terroristas, especialmente de Hezbollá y de la Guardia Revolucionaria. Los dos países que funcionan como base de operaciones son Bolivia y Venezuela.
La alianza entre Bolivia e Irán plantea varias preocupaciones para Latinoamérica sobre la seguridad regional, la influencia geopolítica de Irán en América Latina y las posibles implicaciones militares y políticas para los países vecinos de Bolivia. La relación entre la cultura y valores de Bolivia y la ideología de Irán también genera tensiones potenciales.
La relación entre Bolivia e Irán se ha ido intensificando desde 2007, con acuerdos en diversos campos, incluyendo ahora la seguridad y defensa, donde los ministros de Defensa de ambos países firmaron un acuerdo de defensa que incluye la entrega de drones iraníes a Bolivia; según los bolivianos, el acuerdo busca asistencia militar para la defensa de las fronteras y el combate al narcotráfico, con críticas de la oposición boliviana, señalando que Irán promueve el terrorismo internacional y es responsable de un atentado en Buenos Aires en 1994.
Irán ha manifestado interés en expandir su presencia en América del Sur, lo que podría representar una expansión de su influencia en la región, por lo que el mencionado acuerdo ha puesto en alerta a otros países de la región, ya que Bolivia es un país estratégico geográficamente. La entrega de drones y tecnología bélica avanzada podría alterar el equilibrio de poder en la región
Si bien Bolivia aun no es considerada una amenaza directa para la región de América Latina, la situación política y económica del país plantea ciertos desafíos y riesgos para la región. Porque Bolivia ha experimentado un ciclo político complejo en los últimos años, lo que ha generado incertidumbre regional, y la relación con Irán ha generado preocupación en la región, aunque aún no se considere una amenaza directa. Y no hay que perder de vista que el acercamiento con Irán podría afectar la integración regional y los acuerdos existentes con otros países, tales como su entrada y permanencia en el Mercosur.
Debido a los anterior, los países vecinos, especialmente Argentina, están siguiendo de cerca la situación política y económica de Bolivia, analizando los riesgos potenciales para la región; y aunque no se mencione específicamente, existe algún tipo de coordinación entre los países de la región para compartir información y estrategias sobre cómo manejar la situación boliviana. Y tanto puede esto afectar, que Argentina ya no importará más gas de Bolivia y Brasil está buscando su sustitución. Ambos están buscando optar por la producción nacional, lo que podría afectar la economía boliviana.
Por otra parte, los inversores extranjeros están mostrando cautela ante la incertidumbre política y económica en Bolivia, lo que podría afectar la inversión privada en el país, y ellos y los gobiernos de la región están siguiendo de cerca los desacuerdos dentro del partido gobernante MAS, que podrían llevar a mayores inestabilidades políticas.
El caso de Venezuela y su relación con Irán representa otro foco de preocupación, por el posicionamiento de años que tienen en su país; que bajo la figura de apoyos petroleros y ayuda técnica, además de algunas inversiones que no prosperaron, desde EE UU suponen que hay algún tipo de peligro latente, debido a lo cual renuevan, año a año, la caracterización de Venezuela de ser “una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad interna de EE UU”.
En caso de que tanto Irán como EE UU se involucren con sus banderas en el conflicto de medio oriente con Israel, Herzbollá, Hamás, Yemen y Líbano, la posición de Venezuela quedará muy vulnerable militarmente por estar físicamente en el espacio estratégico de EE UU, pero aliado con Irán. Realmente, el chavismo se ha involucrado con todo el eje del mal, del cual comenzó a heredar sus características y modalidades… pobre Venezuela.
O sea que pareciera ser que, en el tema Irán, Venezuela no representa un peligro para la región latinoamericana, sino principalmente para EE UU.
Recomendación
- Al gobierno: que sería razonable que en estos momentos donde en la mente del pueblo de Venezuela está la transición política, se regresara a la desregulación completa de la economía, dando un paso firme a la formalización del uso del dólar como moneda legal, extensivo al sistema financiero. Buscar subterfugios como colocar las reservas técnicas de las empresas de seguros en la bolsa, no solo pone en riesgo al sector asegurador que ya tiene sus propios problemas, sino que sigue dándole respiración asistida al mercado bursátil que ha ido perdiendo las características propias de ser palanca del crecimiento y el desarrollo, y se ha ido convirtiendo en un competidor menor de la banca.
- A la dirigencia opositora: que, en paralelo a este duro proceso de transición, comience a hacer énfasis público en las promesas de cambio que redundarán en mejora de la vida de cada venezolano que no sea un corrupto/ enchufado/ ladrón. Deben poner a fantasear a la gente y a opinar sobre qué cosas cambiarían, dónde buscarían oportunidades para crecer, qué harían con los ladrones del pasado, y en general unos cuestionarios públicos que pongan a la gente a trabajar concretamente en la construcción del futuro que todos queremos.
- A la dirigencia empresarial: que trabaje en el fortalecimiento institucional y la democracia, con énfasis en la educación, con un mensaje que refuerce que la única manera de salir de la pobreza es con la actividad empresarial privada. Y que busque la manera de desengancharse del gobierno que ya comenzó a “cobrar” el acercamiento del pasado, comenzando con las declaraciones anti oposición de la Bolsa de Valores de Caracas.
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