En 20218, estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia crearon un grupo de WhatsApp en el que compartían fotografías y videos de carácter sexual de compañeras con quienes habían mantenido algún tipo de relación sexual o afectiva. De igual manera, hacían comentarios sobre ellas y sobre algunas profesoras de la institución educativa, incitando, incluso, a la violencia sexual.
El caso estalló en 2020, cuando se supo de la existencia del grupo por la red social X (antes Twitter), llamado Fedegán, como la Federación Colombiana de Ganaderos. En este estaban 14 estudiantes de la universidad. Según reveló una de las víctimas en conversación con El Espectador, el nombre del chat de WhatsApp tenía un sentido, pues los alumnos, que estaban en los primeros semestres de Derecho, Ciencia Política e Ingeniería, se referían a las mujeres como “ganado”.
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En el chat también se encontraron conversaciones en las que los estudiantes mencionaban a niñas del Instituto Pedagógico Arturo Ramírez Montúfar (Iparm), adscrito a la Universidad Nacional. Hacían comentarios relacionados con la pedofilia y categorizaban a las menores de edad como “terneritos”.
Un total de 23 víctimas directas e indirectas denunciaron los hechos y en julio de 2020 el Consejo de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la institución de educación superior decidió abrir una investigación al respecto. Hasta mayo de 2023, el Consejo en cuestión generó una decisión en primera instancia, en la cual estableció que, en efecto, el grupo funcionaba para el envío de material pornográfico, cosa que nunca fue autorizada por las mujeres.
De igual manera, indicó que las niñas del colegio también terminaron siendo víctimas de buena parte de los estudiantes que hacían parte del grupo de WhatsApp, teniendo en cuenta que fueron tratadas como “objetos” sexuales. No obstante, las conclusiones a las que llegó el Consejo llegaron tarde: algunos de los integrantes del chat habían abandonado la institución, mientras que otros ya se habían graduado.
Una de las víctimas indirectas del caso aseguró a El Espectador que, a pesar de que su nombre y sus fotografías nunca fueron difundidas en el mencionado grupo, lo cierto es que tanto ella como las demás mujeres de la institución estaban en riesgo, puesto que el espacio de formación en el que estaban ya no era seguro para ninguna.
Además, María Luisa Rodríguez Peñaranda, una de las docentes que resultó afectada por los hechos, aseguró al medio citado que resulta frustrante saber que alguno de los alumnos que hacían parte del chat tomaron su clase de feminismo y nuevas masculinidades. Su conclusión fue que, en realidad, muchas veces la educación no es suficiente para desmantelar ese tipo de conductas. “Aceptar eso como profesora fue muy duro”, dijo al periódico.
A pesar de lo tardío de la decisión, una parte de los implicados, que seguían estudiando en la universidad, fueron suspendidos por dos periodos. Además, otros tres estudiantes fueron expulsados de la institución educativa. Sin embargo, uno de los integrantes del grupo de WhatsApp, se defendió de los señalamientos en su contra. “Fuimos atacados desde el principio, nunca tuvimos la oportunidad de dar nuestra versión. Cuando pusieron nuestras caras y nuestros nombres en redes sociales, empecé a recibir comentarios por todas partes de mujeres que me escribían para decirme que era un acosador. Sin embargo, les pido perdón a las víctimas en nombre de todos. Éramos muy jóvenes”, aseguró el joven, en conversación con El Espectador.
La profesora Rodríguez Peñaranda aseguró en X que ha interpuesto 10 quejas disciplinarias por la violencia de la que ha sido víctima por parte de estudiantes del caso Fedegán y que, al parecer, la Universidad Nacional no le ha brindado protección alguna. “Recordar el caso Fedegán me cuestiona en varios sentidos, es cierto que 4 años después hubo sanciones, pero también lo es que hubo dilaciones x los directores de bienestar, revictimización x ciertos profesores que no garantizaron que las aulas fueran seguras”, precisó.