Obviamente, no se trata aquí acerca del valor del dólar hoy. Va mucho más allá el planteamiento. Tiene que ver con el perverso juego del régimen con las definiciones políticas en un año especialmente coyuntural para apuntalar el desempeño del país, en el país, los años venideros. No es un simple detalle de ver cómo cae un pétalo insonoro.
Se ha gestado una incertidumbre trabajada, provocada, con el fin de generar un desgaste, una especie de mayor desequilibrio para la oposición, causando la angustia propia de la desesperación en busca del oxígeno indispensable. No hay fechas de la elección presidencial. ¿Por qué? No hay un cronograma electoral cuando enero comienza a fenecer. ¿Por qué? Se busca el hartazgo fundado en la impotencia.
En el programa de televisión de la burla, se dan pistas, unas creíbles más que otras. Sigue pendiente el tema de la inhabilitación. Insoslayable. Un problema para el régimen, pero que tiene más o menos el mismo calibre en la oposición. Acrece la angustia, la desesperación. De no resolverse pronto este asunto con la candidata de la Plataforma Unitaria, de la unidad opositora, se resquebraja más la desconcertada alternativa oponente al régimen. Mientras este último le saca partido. En ese programa se dijo con claridad que elecciones libres no habrá. ¿Alguien lo duda?
Los mentores políticos del régimen están especialmente en Rusia y Cuba. Olfatear por ahí no es mal camino para la comprensión. Quienes piensen o quieran hacer pensar en términos democráticos electorales no han estado viviendo ni siguiendo la actividad política de este país. Es demasiado evidente que la presión ejercida desde EEUU y la Unión Europea no ha bastado. Pues que lo diga Barbados. Los presos siguen presos y las señas hacia elecciones abiertas, libres, verificables, se reducen cada vez más. El CNE impertérrito, esperando unas órdenes que no llegan tan pronto como algunos quisiéramos, más allá de la de callar y dejar de actuar.
En Cuba dicen que hacen elecciones, más bien ratificadoras del régimen comunista. En Rusia han sometido a la gélida Siberia a uno de los opositores radicales; la otra posible candidata, la señora Duntsova, ha sido ,-no suavemente- descalificada, por emplear un término elegante, para optar a la presidencia contra Putin. Esos son los ejemplos cercanos a este régimen del terror en Venezuela. Si quieren echar mano a otro, se pasarán por otear Nicaragua. No nos caería mal revisar también la encrucijada que vivió Pérez Jiménez en los años 1952 y, más afortunadamente para quienes creemos en la democracia contra la dictadura, en 1957, cuando se veía perdido. Entonces los pescuezos tampoco retoñaban.