Acaban los meses de verano pero la temporada turística parece no tener fin. Con más de ocho millones de visitantes anuales, Barcelona seguirá acogiendo foráneos en su territorio más allá de los meses estivales. Sin embargo, aquellos que lleguen en la época otoñal deberán hacer frente a un nuevo gasto, pues la tasa turística de la ciudad aumenta de precio a partir del 1 de octubre, una vez se publique en el Boletín Oficial de la Provincia de Barcelona (BOPB).
La medida fue aprobada en el pleno del ayuntamiento de julio con el apoyo del gobierno municipal (PSC), Junts, BComú y ERC, y la oposición del PP y Vox, pero se empezará a implementar a partir del próximo mes tras la modificación de la Ordenanza Fiscal 2.2, al no haberse presentado alegaciones durante el periodo de información pública. A partir de entonces, los turistas comenzarán a pagar 4 euros diarios por estar en Barcelona, un aumento de 75 céntimos respecto a la tasa actual de 3,25 euros que se aplicará a todas las categorías de establecimientos turísticos.
El Ayuntamiento de Barcelona estima que este aumento en la tasa turística generará una recaudación adicional de 20 millones de euros anuales. Estos fondos se destinarán a financiar servicios públicos esenciales como la limpieza, la seguridad, el alumbrado y el transporte. Además, se prevé que la suma de los ingresos del recargo municipal y el 50% del Impuesto sobre las Estancias en Establecimientos Turísticos (IEET), gestionado por la Generalitat de Catalunya, supere los 115 millones de euros.
Parte de la recaudación se destinará al Plan de Espacios de Gran Afluencia (EGA), que tiene como objetivo gestionar las zonas con mayor saturación de personas y mejorar la convivencia entre vecinos y visitantes. Entre las medidas previstas se incluyen el incremento del número de agentes cívicos, la mejora del espacio público, la gestión de los flujos de turistas y la dinamización del comercio local. Además, se financiarán proyectos que fomenten la celebración de ferias y congresos.
El incremento de la tasa turística a 4 euros es el máximo permitido por la normativa de la Generalitat de Catalunya. No obstante, el Ayuntamiento ha planteado la posibilidad de solicitar a la Generalitat un aumento del umbral legal que limita este recargo municipal. Esta petición se basa en la necesidad de gestionar de manera más efectiva la presión turística sobre los servicios públicos de la ciudad. El consistorio confía en que esta iniciativa contribuirá significativamente a la mejora de los servicios públicos y al desarrollo económico de Barcelona.
En una reunión a principios de septiembre, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, acordaron aumentar “sustancialmente” la tasa turística para los cruceros de corta estancia, aunque no especificaron la cifra exacta del incremento. Collboni destacó que los cruceristas que pasan menos de 12 horas en la ciudad son los que hacen un uso más intensivo del espacio público, justificando así la necesidad de aumentar el recargo diario de 4 euros por persona.