La madrugada de este domingo 6 de octubre marcó el inicio de la XVIII Marcha de la Fe, en la que la venerada imagen de la Virgen de Chiquinquirá de Aregue regresó a su santuario, acompañada por miles de fieles.
La jornada comenzó a las 4:00 a.m. en la parroquia San José de Calasanz, bajo una bendición especial impartida por Monseñor Carlos Curiel, Obispo de la Diócesis de Carora.
El recorrido, que se extendió a lo largo de 12 kilómetros, atrajo a peregrinos que se unieron en diferentes puntos de la ciudad. Mientras algunos iniciaron desde el templo de los padres escolapios, otros se sumaron a la procesión a medida que la imagen avanzaba por las avenidas Francisco de Miranda, 14 de febrero y Fuerzas Armadas.
Durante la marcha, la devoción se hizo sentir con serenatas dedicadas a la Virgen Morena. A lo largo del trayecto, el rezo del santo rosario, la animación de jóvenes y la evangelización por parte de seminaristas de la Diócesis de Carora marcaron el tono espiritual del evento.
Pasadas las 9:00 a.m., los peregrinos pudieron avistar las cúpulas del santuario de la Virgen en Aregue. A menos de dos kilómetros de su destino final, la imagen fue retirada del «chiquimóvil» y cargada en hombros por los fieles, quienes la llevaron con gran fervor hasta su templo.
Un emotivo momento se vivió cuando la imagen de San José, siguiendo la tradición, salió a recibir a la Virgen a su llegada a suelo aregueño.
La culminación de la jornada estuvo marcada por una eucaristía de bienvenida, celebrada a las 10:00 a.m. por Monseñor Curiel y concelebrada por varios sacerdotes del clero diocesano.
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