América Latina se encuentra en un momento crucial para su desarrollo económico de acuerdo con varios expertos consultados, quienes apuntan a que pese a que la desigualdad persistente y el bajo crecimiento se han convertido en “desafíos estructurales”, esta zona del continente americano podría tener “oportunidades únicas” para posicionarse como un actor clave en la economía global.
Inflación controlada, pero crecimiento estancado
De acuerdo con William Moloney, economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, América Latina ha logrado avances importantes en la lucha contra la subida de precios, pero el crecimiento económico sigue siendo una tarea pendiente.
«Estamos ganando la batalla contra la inflación, pero los niveles de crecimiento son extremadamente bajos. Esto se combina con desigualdad persistente y un espacio fiscal limitado, lo que nos deja con pocos recursos para invertir en soluciones a largo plazo», explicó el economista del Banco Mundial.
El informe titulado Revisión Económica para América Latina y el Caribe (LACER, por sus siglas en inglés), presentado recientemente por el Banco Mundial, analiza cómo el uso de estrategias fiscales progresivas podría allanar el camino hacia un crecimiento más equitativo. Maloney enfatizó que «el desafío más grande es movilizar recursos de una manera que sea progresiva, que no perjudique el crecimiento y que genere oportunidades para reducir las brechas sociales».
Impuestos a la riqueza: ¿una solución viable?
Uno de los temas más destacados en el debate fue la implementación de impuestos a la riqueza, en particular a la propiedad. Maloney señaló que «en América Latina, la riqueza se encuentra principalmente en bienes raíces, no en activos financieros. Esto hace que los impuestos a la tierra sean más factibles y efectivos, ya que es más difícil evadirlos».
Sin embargo, diseñar e implementar estos impuestos requiere cuidado. «No se trata de gravar a la clase media o de dificultar el acceso a la vivienda para las familias trabajadoras. Estos impuestos deben estar dirigidos a grandes propiedades y activos de alto valor», aclaró por su parte Meiman Hock, consultora en McLarty Associates, una de las principales empresas especializadas en asesoría en comercio internacional.
En ese sentido, Maloney destacó que una administración pública más eficiente podría liberar recursos significativos. «Calculamos que la región podría ahorrar hasta un 4 % del PIB mediante una mejor gestión de los recursos públicos. Este ahorro podría utilizarse para financiar proyectos clave en educación, infraestructura y salud», afirmó.
Nearshoring, una oportunidad para la región
La tendencia global hacia la relocalización de cadenas de suministro, conocida como nearshoring, representa “una oportunidad de oro” para América Latina. Países como Costa Rica y República Dominicana ya están capitalizando esta tendencia, atrayendo inversiones en sectores como dispositivos médicos y tecnología avanzada. «Costa Rica, por ejemplo, ha asegurado más de 1,500 millones de dólares en inversión de Intel en los últimos dos años», destacó Maloney.
Sin embargo, el economista subrayó que en términos generales, la región no está aprovechando esta oportunidad. «Si bien hay señales positivas en algunos países, los datos muestran que América Latina todavía está muy por detrás de Asia y Europa del Este en atracción de inversiones nuevas. Esto se debe, en gran medida, a desafíos como la falta de infraestructura adecuada, regulaciones complejas y una fuerza laboral poco capacitada», dijo.
Sobre eso, Meiman Hock apuntó que la región tiene ventajas importantes, como acuerdos de libre comercio y proximidad cultural con mercados clave como Estados Unidos. «Tenemos una base sólida, pero no estamos maximizando nuestro potencial. Necesitamos una estrategia clara para atraer estas inversiones», enfatizó.
La educación en América Latina
Ambos coinciden en que el nivel de educación en la región no solo es deficiente, sino que ha mostrado pocos avances en décadas. Un problema que, según advierten, afecta “directamente a la competitividad y limita las oportunidades de crecimiento».
El informe del Banco Mundial identifica varias soluciones al respecto: cómo mejorar la capacitación de los docentes, implementar contratos de desempeño y abordar problemas básicos como la falta de instalaciones adecuadas.
«En Brasil, por ejemplo, hemos visto que la introducción de contratos de desempeño en Ceará ha generado mejoras significativas en los resultados educativos», afirmó Maloney.
Hock agregó que la falta de una educación de calidad también tiene un impacto en la estabilidad social. «Si las familias de clase media no pueden enviar a sus hijos a escuelas públicas y deben recurrir a colegios privados cada vez más caros, esto genera un descontento que se refleja en el malestar social que vemos en muchos países», explicó.
Retos para la inversión extranjera
Además de la educación, la infraestructura es otro obstáculo importante para el desarrollo de la región. Maloney señaló que «aunque países como Colombia han implementado modelos innovadores para atraer capital privado en proyectos de infraestructura, la inversión en este sector sigue siendo insuficiente».
A esto se suma el problema de la inseguridad, que afecta gravemente el clima de negocios en muchos países. «En México, algunas empresas gastan hasta el 10 % de sus ingresos en seguridad privada. Esto no es sostenible y requiere una solución regional con cooperación internacional», destacó el economista.
Según Meiman Hock, la falta de seguridad no solo afecta a las empresas, sino también a las comunidades. «Sin un entorno seguro, no se puede hablar de crecimiento económico ni de equidad social. Este es un problema que trasciende las fronteras y necesita una respuesta coordinada», enfatizó.
Acción estratégica en la región
Ambos expertos también señalaron que América Latina tiene un enorme potencial, pero necesita una estrategia más agresiva y coordinada para superar sus barreras estructurales. «La región tiene todas las herramientas para convertirse en un centro global de innovación y crecimiento, pero necesitamos invertir en capital humano, simplificar las regulaciones y mejorar nuestras instituciones», afirmó la asesora en comercio internacional.
Por su parte, Maloney concluyó con un llamado a la acción: «Si queremos que América Latina prospere, debemos abordar de manera simultánea los problemas de educación, infraestructura y seguridad. No se trata de soluciones rápidas, sino de un compromiso a largo plazo que beneficie a toda la región».
Con todo, están convencidos de que con “voluntad política, cooperación internacional y una visión estratégica”, América Latina puede superar estos desafíos y convertirse en “un motor de crecimiento sostenible y equitativo para el mundo”.
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