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En 1952, en medio de las selvas de Tingo María, Perú, se tejió una historia de amor que uniría a dos mundos y que, con el tiempo, se convertiría en leyenda. John Wayne, llegó al país sudamericano con la misión de encontrar locaciones para su película “El Álamo”. Sin embargo, su viaje tendría un destino inesperado: conocer a Pilar Pallete, una joven actriz peruana que cambiaría su vida para siempre.
Wayne, que venía de una vida personal tumultuosa y un segundo matrimonio fallido con la actriz mexicana Esperanza Bauer, necesitaba un cambio de aires.
Su búsqueda lo llevó a contratar a Richard Weldy, un inmigrante americano-irlandés que organizaba expediciones por la Amazonía peruana. Fue en uno de esos recorridos donde se encontró con Pilar, una mujer de 20 años que destacaba por su belleza y talento en la danza, y que, además, era la esposa de Weldy.
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El primer encuentro entre Wayne y Pallete fue tan inesperado como mágico. Mientras observaba una fogata en la selva, Wayne quedó cautivado por Pilar, quien danzaba al ritmo del fuego, con su largo cabello negro acariciado por el viento.
La barrera del idioma no impidió que ambos iniciaran una conversación, aunque sus diferencias eran evidentes: él, un veterano de 46 años, y ella, una joven con sueños de triunfar en el mundo del espectáculo.
La conexión fue inmediata, aunque cada uno siguió su camino. Pilar, que ya atravesaba problemas en su matrimonio, decidió terminar su relación con Weldy y se mudó a Estados Unidos para internacionalizar su carrera.
Allí, su destino volvió a cruzarse con el de Wayne. El actor, que no había podido olvidar a la mujer que conoció en la selva peruana, la buscó y retomaron el contacto. El romance floreció rápidamente, y en poco tiempo, decidieron formalizar su relación.
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El 1 de noviembre de 1954, tras recibir la notificación del divorcio oficial de Wayne con Esperanza Bauer, la pareja se casó en Hawái, consolidando su historia de amor.
Durante su matrimonio, tuvieron dos hijos, Aissa y Ethan, y más tarde, la familia se completaría con el nacimiento de Marisa. Se establecieron en Newport Beach, California, donde intentaron encontrar estabilidad y paz, especialmente después de que a Wayne le diagnosticaran cáncer de pulmón.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por mantener su unión, el matrimonio comenzó a desmoronarse. La fama, la enfermedad y la atención constante de otros actores hacia Pilar, incluido Marlon Brando, pusieron a prueba su relación. Finalmente, en 1973, la pareja decidió separarse, buscando lo mejor para ambos.
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La vida de Wayne llegó a su fin en 1979, víctima de cáncer. Su testamento generó controversia, ya que, a pesar de haber sido su compañera hasta el último momento, Pilar fue desheredada. La mayor parte de su fortuna se repartió entre sus siete hijos y dos esposas anteriores, mientras que dos de sus secretarias recibieron sumas considerables.
Pilar, quien no había firmado un divorcio previo, tuvo la última palabra sobre cómo serían los funerales de Wayne. Decidió que sus restos descansaran en el cementerio Pacific View Memorial Park, en Florida, y como medida de protección, eligió una inscripción en español que decía: “Feo, fuerte y formal”. Esta inscripción, que permaneció casi dos décadas, fue reemplazada posteriormente.
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Hoy, a sus 95 años, Pilar Pallete vive en California, lejos del ojo público. En 2007, durante una rara aparición para conmemorar el centenario del nacimiento de John Wayne, recordó con nostalgia al hombre que fue su esposo.
“Mi vida no volvió a ser la misma sin él. Fue el mejor padre que mis hijos pudieron haber tenido. Todavía lo extraño”, dijo en aquella oportunidad. Y es que, a pesar de que la llama de ese amor ya se apagó, lo cierto es que todavía sobreviven en su memoria los recuerdos de un pasado mejor.