El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, señaló este martes recién cumplidos los primeros 100 días de su segundo mandato que apenas acaba de empezar y que la población aún no ha visto «nada» de todo lo que planea implementar.
«Solo acabamos de empezar. Aun no habéis visto nada. Vamos a acabar con la inmigración ilegal. Vamos a recuperar nuestros trabajos y a proteger a nuestros grandes trabajadores de la automoción y a todos nuestros trabajadores», dijo en Míchigan, adonde acudió para celebrar la fecha.
Donald Trump inició su segundo mandato presidencial el pasado 20 de enero, durante la ceremonia de investidura, y desde entonces, según afirmó, su equipo ha impulsado «el cambio más profundo en Washington en cerca de 100 años».
Trump, «salvando el sueño americano»
Durante un mitin cargado con su estilo característico de declaraciones grandilocuentes, el mandatario republicano afirmó que su gobierno está «frenando el adoctrinamiento» en las escuelas, «recortando miles y miles de millones de dólares en despilfarro, fraude y abuso» y, por encima de todo, «salvando el sueño americano».
En su discurso, que marcó su primer viaje oficial de trabajo dentro del país desde que asumió el cargo, Trump enfatizó: «Estamos haciendo que Estados Unidos vuelva a ser grande y lo estamos haciendo rápidamente».
Asimismo, acusó a antiguos líderes del país de pertenecer a «una clase política perversa que se enriqueció», que «vendió» el país y «lo desangró», y aseguró: «No permitiremos que eso vuelva a suceder».
En referencia a su primer período en la Casa Blanca (2017–2021), Trump destacó: «Tuvimos cuatro años excelentes con la mejor economía de la historia de nuestro país. La bolsa subió un 88 %; nos fue muy bien y ahora nos irá mejor».
Criticó también el enfoque internacional de sus predecesores, al afirmar que «enviaron su dinero para defender las fronteras de naciones extranjeras lejanas», mientras Estados Unidos no se protegía a sí mismo, y aseguró: «por fin hay un presidente que defiende nuestras fronteras y nuestra nación».
El mitin se realizó en el condado de Macomb, una zona clave para la industria automotriz estadounidense, donde operan General Motors, Ford y Stellantis, y que representa un bastión electoral para Trump, quien ha vencido allí a los candidatos demócratas por más de 10 puntos en sus tres campañas presidenciales.
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