
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvo una conversación «tensa» con la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, acerca de su firme intención de adquirir Groenlandia, según informa el Financial Times (FT) este viernes.
Según el periódico británico, cinco altos funcionarios europeos revelaron que la conversación telefónica entre Trump y Frederiksen, que duró 45 minutos la semana pasada, «no salió bien». Estos añadieron que el presidente estadounidense adoptó una postura «agresiva y confrontativa» ante los comentarios de la primera ministra, quien reiteró que la isla, una región autónoma de Dinamarca, «no estaba en venta».
Uno de los funcionarios europeos comentó al FT que Trump fue rotundo en su postura, calificando la conversación como un «jarro de agua fría». Añadió que antes resultaba difícil tomarlo en serio, pero ahora parecía ser una amenaza real y potencialmente peligrosa.
Otro exfuncionario danés, también al tanto de la conversación, dijo que Trump llegó a amenazar con tomar «medidas específicas contra Dinamarca, como aranceles selectivos».
Ante estos informes, la oficina de Frederiksen rechazó la interpretación de la conversación hecha por fuentes anónimas. En un comunicado emitido el 15 de enero, el Gobierno danés señaló que la primera ministra había hecho referencia a las declaraciones del presidente autonómico de Groenlandia, Múte B. Egede, quien sostuvo que la isla «no está en venta» y remarcó que será Groenlandia la que decida sobre su independencia.
Egede, por su parte, se mostró dispuesto a dialogar con Estados Unidos y a explorar posibilidades de cooperación con Trump, pero reiteró que la isla no se encuentra en venta.
Antes de llegar a la Casa Blanca, Trump había mencionado que no descartaba el uso de la fuerza militar o sanciones económicas para adquirir Groenlandia, declaraciones que luego fueron matizadas por su actual vicepresidente, J.D. Vance.
Estados Unidos tiene una base en el norte de la isla gracias a un acuerdo de defensa con Dinamarca firmado hace más de 70 años, que incluye la opción de aumentar su presencia militar en la región.
Groenlandia, la isla más grande del mundo con dos millones de kilómetros cuadrados (80% cubiertos por hielo) y una población de solo 56,000 habitantes, goza desde 2009 de un nuevo estatuto que le otorga derecho a la autodeterminación. La mayoría de los partidos y la población apoyan la separación de Dinamarca, pero la mitad del presupuesto de la isla depende de la ayuda anual de Copenhague, y los esfuerzos por aumentar sus ingresos a través de sus recursos minerales y petroleros aún no han tenido éxito debido a los altos costos y las dificultades de extracción.
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