La tibieza de España y, por extensión de la UE, además de otras instituciones, es una posición cobarde ante la gravedad del fraude electoral y la represión brutal del régimen bolivariano contra su pueblo
Mientras Maduro y su camarilla se atrinchera imponiendo terrorismo de Estado como su única y última arma, Estados Unidos titubea, el trío fronterizo Petro-Lula-AMLO se van por la tangente con una repetición electoral y una cohabitación imposible, mientras la Madre Patria no apoya con claridad y firmeza a sus hijos predilectos. Mientras el Vaticano reza un rosario prudente otorgando indulgencia al dictador.
Vamos por partes. Que el Papa no declare claramente que quien ganó las elecciones es Edmundo, tal vez sea por la sospecha de que el Banco Ambrosiano resguarda cuentas secretas de Maduro y sus allegados principales… puede ser.
Que el titubeante Biden se confunda, lo usual, y que le corrijan no es casual. Que el trío fronterizo proponga repetir elecciones y, mientras tanto, se forme un gobierno de cohabitación, da risa, porque esos veteranos comunistas saben que Edmundo/María Corina no iban a aceptarlo; Maduro tampoco, han dicho sus conmilitones que no aceptarán supervisores extranjeros.
Esa solidaridad tibia y dubitativa siempre ayuda a respirar al agonizante Maduro, sin apoyar directamente al nuevo presidente electo de Venezuela. Si bien es de agradecer que la OEA y 22 países hispanoamericanos y europeos hayan pedido, el viernes pasado, el cese de la represión madurista y que enseñen las actas, no parece suficiente presión al tirano Maduro. Suspender de inmediato las detenciones arbitrarias e ilegales, la tortura y el escarnio al pueblo venezolano opositor es lo mínimo que se puede exigir, pero señores abajo firmantes, las actas originales, legales, certificadas por las firmas de los testigos de cada mesa electoral, código QR (más de 30.000) están publicadas, véanlas y que las comprueben expertos independientes. El dictador no las va a enseñar porque sería incriminarse como el autor del gran fraude.
Y, ¡Ay!, España. Su actual gobierno y la figura merodeante de Zapatero tienen una alta responsabilidad con Venezuela, pero no la asumen, pese a haber firmado el comunicado comentado arriba, ¿por qué?
Hay una serie de acciones oscuras entre ambos participantes. Las naves patrulleras en tiempo de Zapatero-Bono-Chávez. La financiación a Iglesias, Monedero el saltimbanqui para poner en pie su ahora menguante Podemos; las maniobras del embajador español Morodo, amigo de Zapatero, quien está bajo investigación por haber recibido sobornos del chavismo. Las misteriosas maletas de Delcy, esa pequeña intrigante malévola, que aterrizó en Madrid con nocturnidad y franca camaradería con el entonces ministro Ábalos y su guardaespaldas, Koldo y el comisionista Aldama. Con la sombra voladora de la deuda de Venezuela con Air Europa. ¿Qué contenían esas maletas, Delcy? Además, el aval sostenido de Zapatero al régimen narco-comunista venezolano, un actor principal de esta ópera bufa, que aparece y desaparece siguiendo al Grupo de Puebla. El rumor del enriquecimiento de Zapatero con oro, un capital que no deja rastro como el dinero en paraísos fiscales. Y la reciente comparecencia del ministro Albares defendiendo la actuación de Zapatero en Venezuela ante unos senadores españoles inanes. El petróleo venezolano que está llegando a España recientemente. Zapatero no es que tenga delito, es el aval del delincuente. Si cae Maduro, la España de Sánchez va a tener mucho que explicar. Por eso, andando de perfil creen que proyectan menos sombra.
Maduro está débil, pero resiste porque su G-2 cubano mantiene maniatado a un sector de altos mandos militares, que se revuelven contra el dictador. La semana pasada fueron removidos seis generales de sus comandos, acusándolos de corrupción. Una paradoja viniendo de la cúpula chavista del narcoestado, corrupto hasta el tuétano. Según fuentes confiables y bien conectadas, esos generales suspendidos son sospechosos de haber manifestado que no actuarían contra el pueblo. A Maduro solo le queda su guardia pretoriana, pues la base popular, que fue chavista, ha votado masivamente por Edmundo.
Maduro, aconsejado por los expertos asesinos inmunes del aparato represivo cubano, se dedica a detener a menores de edad, a torturar a una chica inocente embarazada, que maltratan para que aborte y “no tengan un hijo terrorista”; y a todo ciudadano al que acusan de haber votado a Edmundo. La Corte Penal Internacional, ¿dónde vive? Es rápida para acusar a Netanyahu “por crímenes contra la humanidad” y veloz contra Putin por lo mismo, pero no conocen a Maduro. Algo huele a podrido en esas organizaciones. Sin perdón, en 340 ciudades del mundo repudian al dictador defraudador y claman “Edmundo presidente”. Maduro, pide permiso al politburó cubano y vete al carajo de una vez.
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