Estación de servicio del Aeropuerto
“¡Esto es un infierno!”, exclamó Pedro Pablo López (*), un guaireño que llevaba horas en una cola esperando tener suerte para equipar su vehículo con gasolina subsidiada en la estación de servicio del Puerto de La Guaira.
Por Corresponsalía lapatilla.com
Bajo el sol inclemente que calienta las calles de La Guaira, cientos son los afectados por la situación de escasez de combustible.
En las calles del estado pareciera no existir crisis alguna, sin embargo, basta con conversar con algunos ciudadanos que pierden varias horas de su día en largas colas en las distintas bombas de la entidad.
Las consecuencias de esta crisis son directas en la vida económica y social de los guaireños.
Y es que, aunque también existen varias bombas que surten el combustible a precios internacionales, un gran porcentaje de la población no cuenta con los recursos económicos necesarios para cancelar 50 centavos de dólar por cada litro de gasolina.
En un recorrido realizado por nuestro equipo de Corresponsalía, logramos conversar con un usuario que se mostraba algo frustrado mientras esperaba su turno para llenar su tanque con gasolina.
Pedro Pablo López (*) es un empleado del sector público, su sueldo no alcanza para mantener a su esposa y su hijo y en algunas oportunidades usa su carro para hacer carreras a sus conocidos.
“No puedo vivir haciendo cola. Tengo una esposa y un hijo que atender”, dijo
La crisis no parece tener fin
Venezuela ostenta las mayores reservas probadas de crudo y aun así, en todo el país son testigos de la grave crisis de combustible.
Acostumbrados a la recurrente falta de gasolina, en La Guaira, al igual que en varios estados del país, consiguieron una manera de reportar cómo va la situación en algunas bombas a fin de hacer “más sencillo” el proceso para abastecerse.
Los ciudadanos se han visto en la necesidad de crear soluciones que los ayuden a hacer “más llevadera” situación.
A través de la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp, cientos de guaireños se congregan en los diversos “grupos de gasolina” para ir monitoreando las distintas estaciones de servicio a lo largo del estado.
“Amigos, ¿cómo están las colas de las bombas esta mañana?”, “Hay aproximadamente 200 carros en cola”, “Estoy accidentado sin gasolina, ¿alguien me puede auxiliar?”, “Ayer le pagué 10 dólares al guardia para que me dejara llenar el tanque” son solo algunos de los mensajes que se pueden leer en los grupos.
Pedro Pablo detalló que durante la semana pasada estuvo desde las 7 de la mañana en la bomba de Tanaguarena haciendo la cola y cuando estaba a escasos 12 vehículos de entrar a equipar, informaron que se había acabado la gasolina.
“Estuve más o menos 5 horas ahí y no corrí con suerte. Perdí todo ese tiempo porque también avisaron que no llegaría la gandola”, lamentó.
En conversación con nuestro equipo de Corresponsalía en La Guaira, contó que se fue de la estación de servicio buscando suerte en Maiquetía y logró entrar a la bomba del Puerto a las 2 de la tarde.
“Yo trabajo un día durante 24 horas y descanso dos. De esos dos, prácticamente gasto medio día en una cola cuando toca mi número de placa”, manifestó notablemente molesto.
Y como el caso en cuestión, hay cientos.
“Bombas de corrupción”
Los casos de corrupción en las distintas bombas del país abundan como arena en el mar y ya no sorprenden. Los mismos usuarios colaboran de cierta forma con este delito ante la imposibilidad de abastecerse por los medios regulares.
“Prefiero pagarle 10 dólares al guardia para que almuerce, que pagarlos en la bomba y que caigan en las manos de los chavistas”, afirmó López.
Pero ese no es el único caso… Usuarios denuncian a cientos de guardias que cobran vacunas para autorizar el surtido de gasolina a los vehículos y al mejor postor le permiten el acceso “privilegiado” sin cola a la estación de servicio.
Ante esta realidad, las opiniones de los conductores varían, algunos expresan su frustración y preocupación por la falta de claridad respecto a las razones de la demora en el suministro de gasolina, mientras que otros señalan que esta situación ha afectado su capacidad para cumplir con sus compromisos diarios.
Se han conocido casos de personas que viven en Maiquetía y han ido hasta Naiguatá para echar gasolina a sus vehículos porque necesitan con urgencia tener sus tanques llenos.
¿Por qué esta crisis se agudiza cada vez más?
De acuerdo con el Observatorio de Finanzas, la situación actual del parque refinador es de extrema precariedad.
El complejo refinador de Paraguaná ha tenido accidentes y paradas frecuentes en la planta catalítica y en otras unidades de producción, la refinería de El Palito ha estado detenida y ahora está reiniciando parcialmente sus operaciones, la refinería de Puerto La Cruz está produciendo parcialmente. Venezuela tenía una capacidad instalada de 1.300.000 barriles diarios y de acuerdo a las últimas cifras de OPEP para el 2021 procesó 270.000 barriles diarios o sea 20.7 % de su capacidad instalada.
La situación del parque refinador es producto de la consuetudinaria falta de mantenimiento, personal no capacitado en las reparaciones, así como repuestos inadecuados por desconocimiento del diseño y operación de todas las refinerías venezolanas, detalló el Observatorio de Finanzas.
La posible solución a esta crisis que afecta a todos los estados de Venezuela podría ser la detención de cada una de las refinerías para evaluarlas integralmente y realizar todos los protocolos pautados y experimentados desde hace tantos años, utilizando los repuestos adecuados, el personal técnicamente capacitado así como empresas de reconocida solvencia internacional a nivel técnico y financiero para su puesta en marcha, cuando se esté absolutamente seguro de su viabilidad técnica y económica, a fin de evitar paradas intempestivas y daños mayores a estas delicadas instalaciones.
Para compensar el volumen dejado de producir mientras estén paradas las refinerías es indispensable importar de otros países como se hizo en el pasado.
Sin embargo, hasta ahora la administración de Nicolás Maduro se ha negado a ofrecer soluciones, sino que más bien, ante la “tranquilidad” de los usuarios en el país, persisten las fallas que continúan generando un fuerte malestar en la población.
(*) El nombre del usuario consultado se cambió para resguardar su identidad.