Janis Joplin pertenece al triste y célebre club de los 27, que integran los artistas que murieron a esa edad y en la cima de su carreras como resultado de un estilo de vida desenfrenado. Dos semanas antes había fallecido otro gran artista Jimi Hendrix, que integró ese selecto club junto con Brian Jones, Jim Morrison, Kurt Cobain y Amy Winehouse.
Por infobae.com
Catalogada como la primera estrella de rock femenina y una de las artistas más influyentes de la escena musical, Janis Joplin será por siempre recordada por su voz poderosa y descarnada y una vida libre, muy de avanzada para el siglo XX. Su música fusionaba ritmos de San Francisco, como el rock psicodélico junto con el rhythm and blues del sur de Estados Unidos, un estilo de música afroamericana que supo hacer suyo.
La carrera de la artista fue vertiginosa, duró tres años apenas, desde 1967 hasta su trágica muerte en 1970, pero lo suficiente como para grabar cuatro álbumes y convertirse en una leyenda.
La cantante nació en Port Arthur, un pueblo petrolero de Texas. Su padre, Seth, se ganaba la vida en una refinería y su madre Dorothy, se dedicó a su crianza y la de sus dos hermanos menores, Laura y Michael. Según la biógrafa Holly George-Warren, su familia era muy unida y su padre fue quien le contagió su amor por la música. Era un intelectual que disfrutaba escuchar a Johann Sebastian Bach. La familia era religiosa. Iban a misa y esperaban que Janis fuera maestra.
“En su preadolescencia, Janis fue un chica revoltosa, y a la vez curiosa, cerebral, y una brillante artista visual, inclinación que sus padres la animaron a cultivar”, escribió la biógrafa, que también contó que Janis pronto fue parte de la Generación Beat y sin hacer caso a las leyes que dividían el mundo de los blancos y los negros, se zambulló en el mundo del blues, música que descubrió gracias a sus amistades, en los bares de Luisana y discos que llegaban a sus manos de artistas de blues afroamericanos como Bessie Smith, Ma Rainey, Leadbelly. A los 16 ya sabía que quería ser cantante.
Janis fue una excelente alumna y no solía encajar con el resto de sus compañeros. Le gustaba andar en jeans y descalza, con el pelo alborotado y la carcajada fácil. Ella estaba acomplejada por su cuerpo, lo odiaba. Mientras las chicas de su clase animaban a sus equipos de la Universidad, ella fumaba marihuana con las ovejas negras de la clase.
Según contó su madre, algo la tenía infeliz e insatisfecha. Mientras cursaba Bellas Artes en la Universidad de Texas, en Austin, carrera que finalmente abandonó, comenzó a presentarse en bares de forma regular, acompañada por la banda Waller Creek Boys. Mientras crecía como intérprete, al mismo tiempo empezó a desarrollar una fuerte cultura alcohólica. Tomaba mucho.
Decidió alejarse de San Francisco, donde creyó que sería libre y feliz. Cuando llegó a San Francisco en 1963 dijo en una entrevista sobre su nueva ciudad: “Es mucho más libre y nadie se mete con vos”, dijo Janis. Al conocer a Ron “Pigpen” McKernan grabó un disco casero y tuvo una relación libre. En San Francisco comenzó a experimentar con todo tipo de drogas. Empezó con marihuana, probó la cocaína y no conforme, se hizo adicta a la heroína.
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