
El Helicoide
Clandestino en uno de los pocos países que conocen su ideario y le dio albergue con manutención recibió un mensaje urgente de paisanos exiliados avisándole que la mercenaria Asamblea Nacional emitió una Ley Libertador Simón Bolívar. Harto y furioso porque de nuevo manipulan con su nombre decide regresar a su ciudad natal. Entra por las trochas colombovenezolanas y se infiltra en una protesta caraqueña repleta de pancartas que piden justas pensiones y empleo para medio alcanzar el costo de de la cesta alimenticia básica y sobrevivir la hambruna. Secuestrado allí mismo con manifestantes de todas las edades lo encierran en la macabra sede del Servicio Bolivariano de la Inteligencia Nacional (Sebin), edificio de la dictadura perezjimenista para servir de moderno centro comercial, mucho tiempo vacío, después capitalina cárcel principal para torturas y desapariciones forzadas, un inmenso cuartel por dos décadas con sucursales represoras que suman 1.014 presos políticos en este momento.
Apretujado entre prisioneros de toda laya durante varios días padece alucinaciones, pero nada que ver con aquel poético adulto Mi delirio sobre el Chimborazo (1822) que narra sus reflexiones en plena crisis ideológica por su duro tránsito de guerrero triunfante a político pacifista cuando ya Libertador fue rechazado y expulsado de su patria. Mucho menos el de aquel juvenil Juramento en el Monte Sacro italiano (1805) cuando frente a su maestro Simón Rodríguez se comprometió a dedicar su vida a la causa independentista suramericana contra el imperialismo colonialista español.

Retrato de Simón Bolívar hecho por el pintor colombiano José María Espinosa, exhibido en la Fundación Boulton
Alguien que fue «niño de la calle» adoctrinado como guardia chavista del antro donde agoniza otra vez, lo reconoce emocionado, pues recuerda su rostro blanco antes de ser maquillado como zambo y le entrega su copia de la reciente ley (marzo, 2025) de cumplimiento obligatorio por todos los funcionarios del gobierno. Entre sombras le pide a un compañero de celda que lea poco a poco los 23 artículos que de facto definitivo, al fin público, consagran al pensamiento seudobolivariano como régimen soberano totalitario resguardado por su criminal militarismo. Penas de larga prisión -hasta de 30 años- serán aplicadas a quienes emitan su disidencia por radio, televisión y cualquier otro medio de protesta, esclarecimiento o reclamo por el fraude que cometieron el 28J al desconocer la voluntad mayoritaria de los votantes.
Entonces, afiebrado ya sin control, repite gritando algunas frases de su doctrina: «El primer deber de un gobierno es dar educación a su pueblo»; «Los Estados son esclavos por la naturaleza de su Constitución o por el abuso de ella»; «Moral y luces son nuestras primeras necesidades»; «Siempre es noble conspirar contra la tiranía, contra la usurpación y contra una guerra desoladora»;»El hombre de honor no tiene más patria que aquella en la que se protegen los derechos de los ciudadanos y se respeta el carácter sagrado de la humanidad»; «Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder»;»Amo la libertad de América más que mi gloria propia»; «El arte de ganar se aprende en las derrotas»; «Maldito el soldado que dispara contra su pueblo».
Se dice que mientras lo esposaban para sacarlo de la pocilga, los esbirros comentaban en voz alta: “Loco arrecho, escuálido, bicho raro, oligarca, frikeado, traidor”. Cerca de la rampa que lo llevó quién sabe adónde, tuvo fuerte aliento para gritar a los prisioneros mudos : “Compatriotas, la violencia de la fuerza arrastra consigo su propia destrucción”.
Es que Simón Bolívar fue capitán, brigadier, comandante y jefe de ejércitos hasta alcanzar el rango de Libertador. Antes y después de su brillante carrera militar, hoy mismo, es y será reconocido también con altos honores como el demócrata inspirado en la Constitución estadounidense a quien le impidieron ejercer su ideal primario de fundar en la Venezuela caudillista una gran República Civil.
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!