La muerte de Marie Blaise, una mujer haitiana de 44 años, en un centro de detención de migrantes en Deerfield Beach, Florida, ha generado alarma sobre las condiciones en las que se encuentran los inmigrantes bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Estados Unidos.
Con este deceso, suman siete los migrantes que han perdido la vida en centros de detención desde que Donald Trump asumió su segundo mandato hace apenas tres meses.
Según el testimonio de una compañera de celda de Blaise al Miami Herald , la mujer se había estado quejando de fuertes dolores en el pecho horas antes de su fallecimiento, ocurrido la noche del pasado 25 de abril. Tras una revisión inicial, se le diagnosticó hipertensión, se le administró medicación y se le indicó reposo. Sin embargo, su estado empeoró súbitamente, con temblores y gritos de dolor antes de ser declarada muerta a las 20:35 horas.
Siete vidas perdidas en centros de detención
La trágica muerte de Blaise se suma a la de otros seis migrantes originarios de diversos países – Haití, Honduras, Colombia, República Dominicana, Vietnam, Ucrania y Etiopía – quienes también fallecieron mientras estaban bajo custodia del ICE en centros ubicados en Florida, Arizona, Misuri, Texas y Puerto Rico desde el inicio del nuevo mandato de Trump.
Las víctimas, cuyas edades oscilaban entre los 27 y 55 años, habían llegado a Estados Unidos en busca de diversas oportunidades, pero terminaron sus días en una red de centros de detención con un historial de denuncias por trato inadecuado y condiciones precarias, según reporta el medio El País.
Investigación en curso
Las circunstancias que rodearon la muerte de Marie Blaise están siendo investigadas. El ICE tiene un plazo de 90 días para publicar un informe detallado sobre el caso, que deberá incluir información demográfica de la fallecida, su historial migratorio y delictivo en Estados Unidos, así como una cronología de los eventos que condujeron a su deceso.
Se conoció que Blaise fue detenida el 12 de febrero en el aeropuerto de Saint Croix, en las Islas Vírgenes de Estados Unidos, al intentar abordar un vuelo sin la documentación migratoria requerida. Posteriormente, fue trasladada a diferentes centros de detención hasta su llegada al de Broward, donde permaneció 20 días antes de su fallecimiento.
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