Pablo Parada pasó la noche en un caño para salvarse de un intento de secuestro por parte del régimen de Nicolás Maduro. Es venezolano y está a la espera de que el Estado colombiano le reconozca el estatus de refugiado. El ataque en su contra ocurrió el pasado 10 de marzo en Bogotá, cuando llegaba a su casa en Ciudad Bolívar.
Por Semana
Esa noche, según su relato, se encontró con dos camionetas parqueadas en la puerta de su casa. Seis hombres estaban esperándolo. Los gritos de una vecina, que le pidió que corriera, fueron una de las señales para huir. Se escabulló entre callejones y llegó a un caño, buscó una tubería y se escondió ahí hasta el amanecer porque sabía que si salía, se lo llevaban.
El temor de Parada tiene un antecedente: él es uno de los tres venezolanos señalados por el fiscal de Venezuela, Tareck William Saab, y el propio Diosdado Cabello de, supuestamente, haber orquestado un plan desde este país para derrocar a Maduro.
Los otros dos son Ányelo Heredia, quien fue secuestrado por el ELN en Colombia y entregado a inteligencia venezolana en la frontera, y Ronald Ojeda, secuestrado y asesinado en Chile. Ambos sucesos ocurrieron en febrero, semanas antes del intento de secuestro de Parada.
Él huyó de Venezuela después de ser un preso político y perseguido por el régimen por encabezar las marchas en su contra como líder estudiantil, pero ese asedio llegó hasta Colombia, desde donde decidió romper su silencio en entrevista con SEMANA, para reclamar protección. “Ya Colombia no es un país seguro para aquellos que le hacemos oposición al régimen dictatorial de Venezuela; aquellos que soñamos con la libertad de Venezuela estamos en peligro todo el tiempo”, dice.
El de Pablo Parada no es un caso aislado. SEMANA pudo documentar siete casos más de refugiados o solicitantes de refugio que están en Colombia buscando cómo irse del país porque los agentes de inteligencia del régimen los empezaron a perseguir.
De ellos, otras cuatro personas aceptaron dar sus nombres: Alejandro Zerpa y Jesús Berbesí, ambos residentes en Bogotá, Rosa Virginia González y Ángel Villasmil, quien reside en Cali.Esos hostigamientos, según ellos, son encabezados por la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) de Venezuela.
Este medio tuvo acceso a tres documentos de inteligencia que detallan los perfiles de 41 agentes del régimen que residen en Colombia con la misión de hacer labores de vigilancia para el Palacio de Miraflores, a quienes los venezolanos que presentaron su denuncia señalan como algunos de los responsables de sus casos.
Doble desplazamiento
El de Zerpa es un doble desplazamiento. Él consiguió el estatus de refugiado tras demostrar que había huido de Venezuela por motivos políticos y se radicó en Medellín, pero allí comenzó a ser perseguido cuando salía a la calle y se mudó con su familia a Bogotá pensando que en la capital estarían más protegidos. No fue así.“Estaba con mi hijo en un parque de Kennedy y una moto empezó a seguirnos. Me percaté de lo ocurrido y comencé a caminar; entonces me di cuenta de que el vehículo me estaba grabando. Corrí y me metí a un CAI. Desde entonces, solo salgo de la casa cuando es necesario”, detalló Zerpa.
Él también dejó de trabajar por miedo. Cuenta que en las plataformas de mensajería se encontró con personas que, entre su acento venezolano y un par de ‘chamos’ en cada frase, le decían que conocían su trabajo desde Venezuela, de actor político y opositor; luego, al indagar, confirmaba que esos que afirmaban saber de él estaban vinculados con la DGCIM o con el Sebin, Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional.
Ese organismo es el mismo que lo tuvo encarcelado como uno de los presos políticos del régimen por oponerse a Maduro. Por eso, ante el temor de que se repita la historia de estar detenido en una cárcel que funciona como centro de tortura, dejó de trabajar.
Las siete personas que hablaron con SEMANA para relatar sus casos tienen en común que marcharon como líderes estudiantiles, militaron en partidos de oposición o integraron instancias del Gobierno antes de que la dictadura se aferrara al poder saltándose las normas democráticas.
Jesús Manuel Berbesí es dirigente del partido Bandera Roja, pero tuvo que escapar de Táchira un día que Maduro anunció por televisión nacional que había iniciado una operación contra personas que, supuestamente, estaban orquestando una conspiración contra él. Esos eran sus compañeros.
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La entrada Semana: Nicolás Maduro persigue a sus opositores en Colombia y estos son sus dramáticos testimonios se publicó primero en AlbertoNews – Periodismo sin censura.