Rusia está aprovechando un aparente intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump para incrementar las divisiones políticas en Estados Unidos y socavar el apoyo a Ucrania.
Los medios estatales rusos han resaltado el apoyo del sospechoso Ryan Wesley Routh a Ucrania como un factor de motivación detrás del supuesto complot, que algunos analistas enmarcaron como «repercusiones» del apoyo de Washington a la autodefensa ucraniana.
Al mismo tiempo, Moscú niega sus propios esfuerzos para sembrar la división en EEUU e influir en las elecciones presidenciales el 5 de noviembre.
Al comentar sobre el supuesto intento de asesinato de Trump, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, indicó a la agencia de noticias rusa Tass:
Al comentar el supuesto intento de asesinato, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que Moscú ve lo “tensa que es la situación» antes de las elecciones presidenciales, «incluso entre rivales políticos».
«Estamos observando esto de cerca, pero nunca hemos interferido en esto de ninguna manera, y no estamos interfiriendo ahora», declaró Peskov.
Esta afirmación es falsa.
En un informe del 17 de septiembre, el Centro de Análisis de Amenazas de Microsoft reveló que, si bien la «influencia rusa en las elecciones estadounidenses se ha mantenido constante durante la última década», Moscú ha cambiado de táctica «para llegar a las audiencias estadounidenses en medio de un entorno dinámico de redes sociales y un cálculo electoral cambiante».
Esas tácticas se reflejan en las acusaciones y sanciones más recientes del gobierno de Estados Unidos contra los actores de influencia rusos.
El 4 de septiembre, el Departamento de Justicia estadounidense anunció que había confiscado 32 dominios de Internet utilizados «en campañas de influencia maligna extranjera dirigidas por el gobierno ruso», llamadas Doppelganger.
De acuerdo con el Departamento de Justicia, las empresas rusas «bajo la dirección y el control de la Administración Presidencial rusa», utilizaron esos dominios y otros para hacerse pasar por marcas de medios únicas y «entidades de noticias legítimas», con el objetivo de «difundir de forma encubierta propaganda del gobierno ruso».
Esa propaganda tenía como objetivo «reducir el apoyo internacional a Ucrania, reforzar las políticas e intereses prorrusos e influir en los votantes estadounidenses y las elecciones extranjeras, incluidas las elecciones presidenciales de EEUU en 2024».
En su reporte, Microsoft documentó un «cambio sincronizado» por parte de tres actores de influencia alineados con el Kremlin, Storm-1516, Storm-1679 y Ruza Flood, «dirigidos a la difamación de la campaña» de la candidata presidencial demócrata, Kamala Harris.
Según Microsoft, los actores de influencia rusos produjeron videos falsos que implican a Harris y su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota Tim Walz, «en teorías de conspiración falsas y extravagantes».
Esas acciones malignas se corroboran con los registros que el Departamento de Justicia obtuvo de Meta, la compañía dueña de Facebook, Instagram y WhatsApp. Estos registros muestran que los actores de influencia rusos usaron páginas y anuncios de Meta para difundir desinformación.
El Departamento de Justicia señaló que los registros de Meta revelaron «el aparente uso de herramientas de inteligencia artificial por parte de la campaña Doppelganger para generar contenido, incluidas imágenes y videos, para su uso en anuncios negativos sobre políticos estadounidenses».
Los documentos internos filtrados en uno de los centros de propaganda del Kremlin detrás de Doppelganger, llamado Social Design Agency (SDA), respaldaron aún más las acusaciones del Departamento de Justicia.
El ejército de bots de la SDA, conocido como «Ejército Digital Ruso», produjo 39.899 «unidades de contenido» en las redes sociales, incluyendo 4.641 videos y 2.516 memes y gráficos. Esto generó aproximadamente 33.9 millones de comentarios, según archivos filtrados que obtuvo VSquare, un medio de investigación centrado en Europa Central.
Esos archivos indican que «las elecciones en Europa y EEUU son los principales objetivos» de sus campañas de noticias falsas y desinformación.
Un documento filtrado que describe el enfoque de desinformación de la SDA dice:
«Las elecciones del Parlamento Europeo son en el verano de 2024. Se acercan hitos críticos en 2024, incluidas las elecciones al Bundestag y las elecciones presidenciales de EEUU. El resultado de estas campañas determinará en gran medida la futura política de sanciones de Occidente hacia Rusia y el apoyo a Ucrania».
El 16 de septiembre, Meta prohibió a varios medios estatales rusos en sus plataformas después de que el gobierno estadounidense sancionara al grupo mediático Rossiya Segodnya, propietario y operador de RT y Sputnik.
Estados Unidos alegó que «el gobierno ruso había incorporado a RT una entidad con capacidades operativas cibernéticas y vínculos con la inteligencia rusa» que está «centrada principalmente en operaciones de influencia e inteligencia en todo el mundo».
«Están involucrados en actividades de influencia encubiertas destinadas a socavar las elecciones y la democracia estadounidenses, funcionando como un brazo de facto del aparato de inteligencia de Rusia», declaró el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
Rusia intentó presentar falsamente esas sanciones, así como los cargos penales del Departamento de Justicia contra dos empleados de RT que supuestamente blanquearon 10 millones de dólares para difundir propaganda rusa a través de estadounidenses influyentes, como un ataque a la libertad de expresión.
Los esfuerzos rusos por desestabilizar la democracia y la sociedad estadounidenses pasaron a primer plano en el discurso político de EEUU después de que la comunidad de inteligencia y los investigadores federales revelaran que Moscú había trabajado para asegurar la victoria de Trump durante las elecciones presidenciales de 2016.
Un informe del Comité de Inteligencia del Senado publicado en agosto de 2020 confirmó además que Rusia había tratado de reforzar la campaña de 2016 de Trump y perjudicar la de su rival, la demócrata Hillary Clinton, al tiempo que socavaba el «proceso democrático estadounidense» en general.
[Este artículo fue originalmente publicado por Polygraph y traducido por Mila Cruz].
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