La policía brasileña inspecciona vehículos en la frontera entre Brasil y Venezuela en la ciudad brasileña de Pacaraima, estado de Roraima (REUTERS/Ueslei Marcelino/Archivo)
Es el estado más pobre de Brasil, con un producto interior bruto (PIB) de 18.200 millones de reales, unos 3.770 millones de dólares, es decir, el 0,2% del PIB de todo el país. Sin embargo, Roraima, con casi 500.000 habitantes y más de 224.000 km2, en el norte del país, en la frontera con Venezuela y Guyana, se ha convertido en los últimos meses en el estado más importante para el equilibrio de toda la región y para las relaciones cada vez más opacas con Venezuela.
Por Infobae
La razón principal es la amenaza de un posible conflicto en el vecino Esequibo, una zona que corresponde a cerca del 70% del territorio de Guyana, ahora reclamada por el gobierno de Nicolás Maduro, interesado en la exploración petrolífera en sus aguas. El Presidente Lula se propuso inmediatamente como mediador entre los dos países. Su asesor especial, Celso Amorim, participó en la primera reunión de Maduro con el presidente de Guyana, Mohamed Irfaan Ali, que tuvo lugar en el Caribe, en San Vicente y Granadinas, el 14 de diciembre, y la próxima tendrá lugar en Brasil dentro de tres meses.
A pesar de que los dos países se han comprometido a continuar el diálogo y a pesar de las repetidas declaraciones de Lula de que “en Sudamérica nadie quiere la guerra”, el ejército brasileño ha reforzado sustancialmente su presencia en la frontera de Roraima desde la reunión del 14 dicembre. En caso de un posible ataque, de hecho, Maduro necesitaría a Brasil para entrar en Guyana ya que la única carretera transitable por vehículos pesados, la BR-401, pasa por aquí. En las mismas horas en que la Armada británica decidía desplegar su HMS Trent, un OPV (Offshore Patrol Vessel en inglés), del Caribe a Guyana para ejercicios conjuntos, los militares brasileños trasladaban decenas de MSS 1.2 AC. Se trata de misiles capaces de perforar 530 mm de blindaje de acero y muy eficaces contra objetivos situados hasta a 2 km de distancia, y se suman a los cerca de 28 vehículos blindados enviados a la frontera, hasta ahora descubierta e incapaz, según el diario O Estado, de defenderse de los carros de combate T72 de fabricación rusa en poder de Venezuela.
Y si las tensiones relacionadas con el Esequibo no fueran suficientes, Roraima preocupa ahora porque podría ser la nueva puerta de entrada de Hezbollah, especialmente en relación con el tráfico de oro. Siempre el pasado 14 de diciembre, la Policía Civil, durante un control normal en Pacaraima, localidad brasileña fronteriza con el estado Bolívar de Venezuela, se incautó de tres maletines que contenían 750.000 dólares, a bordo de un coche en el que viajaban tres libaneses, dos hombres y una mujer, que venían de Venezuela. No se ha revelado la procedencia del dinero ni la finalidad de su traslado a Brasil, donde la alerta sigue siendo alta tras la reciente operación Trapiche, que descubrió una red de reclutadores de Hezbollah que pretendía llevar a cabo atentados contra objetivos de la comunidad judía del país.
Para leer la nota completa, aquí