
Las refinerías privadas de China deberán afrontar un nuevo desafío tras la decisión del gobierno del presidente estadounidense Donald Trump de imponer un arancel de 25% a cualquier país que compre petróleo y gas de Venezuela.
Esta medida podría encarecer las importaciones del crudo venezolano y afectar la operatividad de las industrias más pequeñas en el país asiático. Así lo publicó la agencia de noticias Bloomberg.
China, el principal comprador de petróleo de Venezuela
China ha mantenido una estrecha relación comercial y política con el pasado gobierno de Hugo Chávez y actualmente con el régimen de Nicolás Maduro. Además, ha sido una fuente clave de financiamiento para la nación sudamericana y su principal comprador de petróleo, según datos publicados por Bloomberg.
Actualmente, la mayor parte del crudo venezolano exportado a China tiene como destino las refinerías independientes ubicadas en la ciudad de Shandong. Estas plantas procesan el petróleo Merey, un tipo de crudo pesado, para producir combustible y betún utilizado en la construcción y asfaltado de carreteras.
Si bien la medida de Trump no detendrá por completo las operaciones de las refinerías chinas, sí incrementará los costos de importación y podría reducir el acceso al petróleo venezolano para las compañías más pequeñas del sector.
Muyu Xu, analista senior de petróleo crudo en la firma Kpler, con sede en Singapur, explicó a la agencia de noticias que este nuevo arancel se asemeja a las sanciones previas impuestas por Washington contra refinerías chinas que comerciaban con petróleo iraní.
«Creo que la orden de Trump está dirigida principalmente a Venezuela: cortar sus lazos económicos con el mercado global y presionarla para que se siente a la mesa de negociaciones con Estados Unidos», afirmó.
El experto también advirtió: «Aunque el arancel secundario de 25% será difícil de aplicar, las empresas con licencia podrían pensárselo dos veces antes de transportar crudo venezolano».
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