Operaciones recientes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en California, Texas y Pensilvania han paralizado numerosas explotaciones agrícolas, dejando campos con cosechas sin recoger y generando pérdidas significativas.
Según reportes de agricultores y la industria, estas acciones han provocado que hasta el 70% de los trabajadores dejen de presentarse, resultando en la pudrición de miles de hectáreas de cultivos y tensiones financieras. La escasez de mano de obra también afecta a los sectores de procesamiento y empaque de alimentos, creando una crisis en la cadena de producción alimentaria. Expertos señalan la falta general de trabajadores para labores manuales en Estados Unidos como un factor agravante.