Dominique Pelicot admitió el martes ante una corte del sur de Francia haber drogado, violado y hecho violar a su esposa por decenas de desconocidos para satisfacer “su fantasía de someter a una mujer insumisa”, pero “sin hacerla sufrir”.
Cincuenta y un acusados, de entre 26 y 74 años, fueron juzgados durante más de dos meses en este juicio emblemático que aborda temas como la sumisión química y el consentimiento, la mayoría por haber violado a Gisèle Pelicot, de 71 años, quien fue sedada previamente con ansiolíticos por su ahora exmarido, quien también la violaba.
“Debo admitir que someter a una mujer insumisa era mi fantasía, por puro egoísmo, sin hacerla sufrir”, declaró el septuagenario, explicando esta década de violaciones repetidas a su exesposa, Gisèle Pelicot, en su domicilio en Mazan, entre julio de 2011 y octubre de 2020.
“Ese es mi motivo”, añadió frente al tribunal penal de Vaucluse, donde él y otros 50 coacusados enfrentan a penas de hasta 20 años de prisión.
Descrito como el “director de orquesta” Dominique Pelicot precisó haber cometido estas violaciones “a través de personas que aceptaron voluntariamente lo que yo proponía”, refiriéndose a las decenas de hombres que había reclutado por internet.
Frente a su exesposa y sus tres hijos, David, Caroline y Florian, sentados en el banco de la parte civil, el principal acusado negó haber cometido algún acto incestuoso contra su hija, a pesar de haber difundido en redes sociales fotos de ella desnuda y aparentemente dormida, en ocasiones con ropa interior de su madre.
“Caroline, nunca te he hecho nada”, insistió, dirigiéndose directamente a su hija.
“¡Mientes, no tienes el valor de decir la verdad! ¡Ni siquiera sobre tu exmujer!”, respondió ella, convencida de que también fue violada o agredida sexualmente por quien ya solo llama su “genitor”.
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