«Si Kyiv conserva territorio ruso», dice David Blagden, de la Universidad de Exeter, «puede negociar la devolución de su propio territorio desde una posición de mayor fuerza. Kyiv también habrá tratado de cambiar la impresión entre los rusos de que el régimen de Putin es todopoderoso y alentar al Kremlin a buscar un acuerdo que no pongan en peligro su control del poder».
Pondrá todo lo que pueda en este problema y, al mismo tiempo, mantendrá la presión sobre Ucrania en el Donbás y castigará a los ucranianos con aún más ataques con drones y misiles.
Blagden advierte que «las demandas de personal, equipo y logística para intentar mantener la incursión y luego controlar el territorio tomado serán significativas, especialmente a medida que se alarguen las líneas de suministro».