
Las enfermedades infecciosas representaron los mayores desafíos en las Américas durante 2024, con cifras récord que incluyen 13 millones de casos de dengue, más de 60 contagios humanos de gripe aviar y 11.600 personas infectadas por el virus de oropuche, según alertó este jueves la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En su ‘Informe anual 2024: Avanzar en la salud para promover la seguridad regional’, la organización señaló que el continente “tiene que hacer frente con mayor frecuencia a brotes de enfermedades infecciosas y agentes patógenos emergentes”.
La OPS subrayó que el continente vivió un “brote histórico de dengue”, con el triple de casos respecto a 2023, la cifra más alta jamás registrada, y 7.700 muertes, “muchas en menores”.
Brasil fue el país más afectado, con más de 10 millones de casos y cerca de 80% de los fallecimientos, aunque también se reportaron “brotes importantes” en Argentina, Colombia y México, que en conjunto concentraron 90% de las infecciones en la región.
El informe también destacó que la gripe aviar (H5N1) “fue uno de los principales problemas de salud en la región”, con 66 casos en Estados Unidos, uno en Canadá y más de 1.300 brotes en animales en otros países.
“Hasta la fecha, todos los casos se han transmitido de los animales a los seres humanos. En el 2024 no se registraron casos de transmisión entre seres humanos, situación que habría sido mucho más peligrosa para la salud pública de la región”, indicó la OPS.
En paralelo, la organización reportó un incremento de infecciones por el virus del oropuche, transmitido por mosquitos y jejenes, con 11.600 casos y dos fallecimientos en 12 países, principalmente en Brasil.
Aunque se trata de un brote “relativamente pequeño”, la OPS hizo un llamado a “prestarle atención”, ya que “se está extendiendo el territorio afectado”.
El organismo advirtió que la situación empeora por el cambio climático, factores ambientales y la caída en la cobertura de vacunación.
A pesar del panorama, la OPS aseguró que “avanzó en la seguridad sanitaria”, gracias a una mayor vigilancia, la expansión de la atención primaria y el impulso a la producción de vacunas. Además, destacó que la Estrategia de Inteligencia Epidémica (2024-2029), considerada “pionera a nivel mundial”, “mejoró los sistemas de alerta temprana”.
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