Para Salamey, la nueva ofensiva también puede tratarse de una nueva fórmula del gobierno israelí para condicionar el retorno y la seguridad de la población libanesa desplazada recientemente al regreso de los israelíes al norte de su país.
Asimismo, coincide con el comienzo del año escolar en Israel que, según Joyce Karam, ha añadido presión sobre el gobierno para que los desplazados en las zonas fronterizas regresen a sus hogares.
Algunos piensan también que el momento de los ataques es oportuno para Israel.
«El gobierno israelí podría estar aprovechando este momento, en el que la atención de la comunidad internacional está enfocada en otros frentes, para disminuir el poder de Hezbolá sin enfrentarse a un escrutinio tan intenso», señala Imad Salamey.
«El hecho de que Estados Unidos esté ocupado en un ciclo electoral también ayuda a Israel», añade Karam.
Estados Unidos, Reino Unido y otros aliados —y críticos— de Israel creen que la única forma en que esta peligrosa escalada se puede calmar es con un alto al fuego en Gaza.
Y Hassan Nasrallah, el líder de Hezbolá, ha dejado claro que los ataques contra Israel continuarán hasta que el cese al fuego se produzca.
El periodista Jeremy Bowen, editor internacional de la BBC, destaca desde Jerusalén que la guerra en Gaza cuenta con un apoyo abrumador de los israelíes, pero Netanyahu sigue siendo impopular entre sectores significativos del electorado.
Su decisión de incrementar su ofensiva en Líbano es arriesgada: Hezbolá sigue contando con unas poderosas fuerzas armadas que pueden causar mucha destrucción.
La organización también seguirá contando con el apoyo de su principal benefactor, Irán, confirmó este lunes el presidente iraní, Masoud Pezeshkian.
Cabe recordar que el grupo surgió a principios de la década de 1980 después de que Israel ocupara el sur de Líbano durante la guerra civil libanesa. Desde entonces ha recibido armamento y apoyo financiero de Irán.
Alto al fuego o salida diplomática
Durante la última semana hemos visto cómo Israel ha ampliado sus ataques aéreos contra Hezbolá incluyendo zonas e incluso casas donde asegura que están escondidos potentes misiles de largo alcance.
Este martes, las FDI llevaron a cabo un nuevo ataque aéreo contra un bastión de Hezbolá en el sur de Beirut en el que, de acuerdo con reportes iniciales, murieron seis personas y otras 15 personas resultaron heridas.
Con estos ataques que define como «selectivos» probablemente busca restarle potencia letal a su enemigo.
Pero Hezbolá no da marcha atrás y también ha incluido nuevos objetivos en Israel, como la ciudad de Haifa, la tercera más grande del país y un gran puerto comercial en el mar Mediterráneo.
Muchos analistas coinciden en que una guerra a gran escala aún se puede evitar, pues ni Irán, ni Israel ni Hezbolá desean pelearla.
Israel sabe que eso implicaría lanzar una costosa y destructiva invasión terrestre en el sur de Líbano con consecuencias devastadoras.
Lo más probable es que la solución a la crisis actual se logre mediante la diplomacia.
«Israel y Líbano podrían llegar a un acuerdo para calmar las tensiones en la frontera, expulsando a los combatientes de Hezbolá del río Litani, lo cual es una exigencia israelí», explica Joyce Karam.
«Hezbolá quiere un alto al fuego en Gaza de antemano, pero la probabilidad de que eso pase es cada vez menor».