La declaración del empresario Víctor Aldama ante el juez da claves esenciales para entender por qué el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, no reconoce a Edmundo González como presidente electo de Venezuela, a pesar de que el Congreso de los Diputados, el Senado y el Parlamento Europeo ya lo han hecho, y de que el propio gobierno de España reconoce que su candidatura fue la más votada.
Cuatro meses después de las elecciones venezolanas, en las que Edmundo González arrasó, al obtener 67% de los votos, Moncloa sigue resistiéndose a reconocer al presidente electo. Para ganar tiempo, Sánchez ha retrasado su decisión hasta finales de año, con el argumento de que el relevo presidencial de Venezuela no se producirá hasta el 10 de enero.
La actitud de Pedro Sánchez se comprende mejor después de escuchar el relato de Aldama ante el juez. Según explicó, el régimen de Maduro «se sintió traicionado» por el gobierno de Sánchez, cuando el 4 de febrero de 2019 reconoció oficialmente a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela. Aldama aludió «a una serie de acuerdos que tenían con el gobierno de España», pero no precisó qué acuerdos son los que atan a Sánchez con el gobierno venezolano.
¿Qué relaciones tenía Víctor Aldama con Venezuela?
El empresario explicó que él tenía relaciones en Venezuela, tanto con el régimen de Maduro como con el partido de Henry Ramos Allup, Acción Democrática, que estaba vinculado con Guaidó en aquel momento. Por eso, se le pidió que interviniera en Venezuela como enlace entre los gobiernos de Sánchez y de Maduro y, con ese fin, se le proporcionó una carta credencial firmada por el ministro de Transporte, José Luis Ábalos.
Con ese mandato, y siempre según su testimonio, Aldama viajó a Venezuela y entregó a Guaidó una carta en la que el gobierno de España le anunciaba que le apoyaría. Según el comisionista, este respaldo se debía a que Sánchez necesitaba apoyos de partidos, como Acción Democrática, porque aspiraba a presidir la Internacional Socialista.
¿Por qué viajó Delcy Rodríguez a España?
Sin embargo, cuando se hizo público el reconocimiento oficial de España a Guaidó como presidente encargado de Venezuela, el gobierno de Maduro «se coge un cabreo importante», según Aldama: «Les dicen que no les van a permitir que les ninguneen ni que les tomen el pelo, y se lo dicen muy claramente: o dejan de reconocer a este señor como presidente interino o se acababan las relaciones entre países». A partir de ese momento, el gobierno de Sánchez empezó a recular y a referirse a Guaidó como líder de la oposición venezolana.
Según Aldama, «el enfado del gobierno venezolano» por el reconocimiento de Guaidó fue uno de los detonantes del viaje de Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, a España. Aunque ella misma advirtió de que tenía prohibido acceder a territorio europeo, Rodríguez fue invitada a España y, según Aldama, se alquiló un chalet en El Viso para que se alojara con total discreción. Dicho chalet, según el empresario, fue revisado por Policía y CNI, por seguridad de la embajada de Venezuela y por la seguridad de la propia vicepresidenta.
Habían organizado una cena en la que estaría Delcy Rodríguez
Además, Aldama relató que se había organizado una cena, que en principio iba a celebrarse en un restaurante aunque luego se iba a trasladar al chalet por seguridad y finalmente no se celebró en ningún sitio. A esa cena estaban invitados Pedro Sánchez y los ministros Grande-Marlaska, Teresa Ribera, Salvador Illa, María Jesús Montero y José Luis Ábalos.
Delcy Rodríguez también se iba a reunir en Madrid con diversos empresarios y con la fiscal general del Estado para abordar la extradición de el Pollo Carvajal, reclamada por Venezuela. Según Aldama, «era un viaje organizado al que no se podía dar la oficialidad porque la vicepresidenta estaba sancionada».
Sin embargo, dos horas antes de que aterrizara el avión «saltan las alertas» cuando Exteriores comunica que Rodríguez está sancionada y no puede pisar territorio europeo. Y, aunque se intentó devolver el vuelo a Caracas, acabó aterrizando en Barajas, donde la vicepresidenta estuvo cinco horas con su comitiva y con Ábalos, Aldama y Koldo García, siempre según el testimonio de Aldama. Ante la imposibilidad de que se quedara en España y de regresar a Caracas en el mismo avión, porque la tripulación había cumplido las horas de vuelo permitidas, Rodríguez acabó embarcando en un avión con destino a Qatar.
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