Lo que ayer parecía lejano hoy es más tangible: el debilitamiento de las relaciones entre Venezuela y sus vecinos Brasil y Colombia. Al menos así lo parece en la llamada diplomacia de micrófonos.
Los mandatarios Lula Da Silva y Gustavo Petro si bien no se atreven ellos a reconocer a Nicolás Maduro como presidente, sus cancilleres y asesores sí son firmes en desconocer la victoria del dirigente chavista si este no muestra las actas de votación que lo certifiquen.
Colombia y Brasil tendrán que decidir si continúan como aliado de Maduro
Esta situación ha irritado a Caracas, que acusa a Estados Unidos de estar detrás de la postura de Bogotá y Brasilia. Y es que Colombia y Brasil el 10 de enero, cuando se juramente Maduro como presidente -sin mostrar pruebas de su victoria-, tendrán que decidir si continúan como su aliado o engrosar la lista de países que desconocerán al dirigente oficialista.
“La relación del gobierno de Venezuela con el gobierno de Brasil es irreconciliable”. Así lo cree el analista político Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello.
Alarcón considera que es falso lo que ha dicho Caracas sobre que el veto de Venezuela en los Brics por parte de Brasil se hizo a espaldas de Lula o que su asesor Celso Amorim actúa a título personal.
Por el contrario -prosigue el analista-, Lula ha tratado de ser coherente porque con el caso de Venezuela, se parece a la situación que él vivió cuando fue a la presidencia. Se le impidió y después que ganó la elección no se le quería reconocer, pero al final las instituciones operaron a su favor porque tenía razón.
“Lula intenta ser coherente porque lo que fue bueno para Brasil es bueno para Venezuela”, dice Alarcón.
Sin embargo, la postura colombiana tiene otro matiz, pues el precio de una ruptura sería -de nuevo- un precio muy alto, teniendo en cuenta que se espera una nueva ola migratoria que sale justo por la frontera vecina y hay un importante flujo comercial que se ha recuperado progresivamente.
“Colombia está tratando de ser un actor constructivo en el conflicto venezolano, pero no lo veo dispuesto a romper relaciones con Venezuela. La posición de Petro es mucho más complicada porque tiene una dependencia importante de Venezuela porque Venezuela tiene un rol en la mediación de la paz en Colombia, a lo cual por supuesto el gobierno venezolano le saca mucho provecho y trata de utilizarlo también como digamos un mecanismo de chantaje”, insiste el analista.
La presión estadounidense
“No toleramos una palabra más sobre la Patria de Bolívar, las consecuencias las lamentará profundamente, ya se lo hemos advertido. ¡Detenga ya la charlatanería confeccionada desde el norte!”, dijo este jueves el canciller venezolano Yván Gil a su par colombiano Luis Gilberto Murillo, haciendo referencia a que Estados Unidos está detrás de la postura de Bogotá, pero tampoco menciona al presidente Petro.
Pero el papel de Estados Unidos, de si presiona a Lula o a Petro, no está confirmado. En cambio, lo que sí es concreto es que la postura de Washington sobre Caracas es bipartidista.
Para Alarcón, la influencia estadounidense puede estar dada por la necesidad de restaurar la democracia y por eso Brasil y Colombia prefieren tomar ese camino más allá del acercamiento ideológico con Maduro.
El panorama no está definido aún, todo dependerá del 10 de enero y por supuesto de quién gane las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
De ganar Kamala Harris, Alarcón cree que se mantendrá en la misma línea de Joe Biden en relación con Venezuela. “Si gana Donald Trump, no lo sabemos. Pero gane quien gane, la relación con Venezuela no va a mejorar”.
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