Aunque puede ser refrescante, conducir con los vidrios abajo puede traer diferentes riesgos para el conductor y los pasajeros. | Foto: Getty Images
Conducir con la ventana abierta puede parecer una opción tentadora en días cálidos o para disfrutar del aire fresco, pero esta práctica puede acarrear una serie de problemas tanto para el conductor, como para los pasajeros y el propio vehículo.
Por Semana
Debido a esto, acá hay cinco razones por las que expertos en el mundo automotor recomiendan conducir siempre con los cristales arriba, pues de esta manera se estaría garantizando la seguridad de los ocupantes y la duración de algunas partes del vehículo.
Cinco razones para no conducir con los vidrios abajo
Mayor resistencia al aire y elevado consumo de combustible: cuando se conduce con la ventana abierta, se crea una mayor resistencia al aire dentro del vehículo. Esto provoca que el motor tenga que trabajar más para mantener la velocidad, lo que a su vez aumenta el consumo de combustible. Estudios han demostrado que conducir a altas velocidades con las ventanas abiertas puede aumentar el consumo de combustible hasta en un 10 %.
Mayor ruido y fatiga del conductor: el ruido del viento generado por tener las ventanas abiertas puede ser considerable, especialmente a velocidades elevadas. Este ruido puede ser molesto e incluso fatigante para el conductor a largo plazo, lo que puede disminuir la concentración y aumentar el riesgo de accidentes.
Impacto en la seguridad y la aerodinámica: la aerodinámica de un vehículo se ve comprometida cuando las ventanas están abiertas, lo que puede afectar negativamente su estabilidad y manejo, especialmente a altas velocidades. Además, en caso de accidente, las ventanas abiertas pueden interferir con la eficacia de los sistemas de seguridad como los airbags, aumentando el riesgo de lesiones.
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