Una perlita. No hace mucho el Saime (Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería) emitió resoluciones que limitan drásticamente el derecho de los venezolanos para entrar y salir libremente del territorio nacional, lo cual, además de ser contrario al inequívoco texto constitucional, implica que cientos de miles de compatriotas vean afectado tan básico derecho. Naturalmente ningún órgano administrativo, menos aún el Tribunal Supremo de Justicia, tomará en cuenta la constitucionalidad o no de la medida.
Otra perlita. En fecha 3 de octubre, por oficio 183, el ciudadano Diosdado Cabello comunica a todo el personal adscrito a su ministerio (Interior, Justicia y Paz) que todo trámite de viaje al exterior deberá ser autorizado por “el suscrito”. La razón será para que no se escapen, como lo han hecho ya varios personajes de turbios antecedentes (Hugo «el Pollo» Carvajal, Cristopher Figuera, Clíver Alcalá Cordones, etc)? Anticipamos que la ruta de los “caminos verdes” pronto aumentará su tráfico y con ello se incrementarán los inconvenientes y también las tarifas.
Otra perlita. Por si lo anterior no fuera groseramente ilegal, aunque no insólito, hoy venimos a enterarnos de que las máximas autoridades del Estado estarán participando en plena avenida Libertador en la inauguración de un importante mural con el cual se rinde homenaje nada menos que a Hassan Nasrallah, fundador y jefe de Hezbolá hasta el día de su ”neutralización” el pasado 21 de septiembre, ocurrida a través de un bombardeo (operación especial, según Israel) llevado a cabo en un suburbio de Beirut (Líbano), con el lamentable “daño colateral” de numerosos habitantes civiles inocentes muertos en el evento.
Así, pues, la cúpula del grupo que manda en Venezuela no deja duda alguna acerca de cuál es su lealtad, que no es otra que aquella con Hezbolá, como también lo es con la máxima dirigencia del terrorismo de Hamás (que gobierna y tiene el control de Gaza), cuyo jefe, Ismail Haniye, también fue neutralizado en Teherán el 31 de julio cuando asistía a la juramentación del nuevo presidente de Irán, Masoud Pezeshkian.
Esas catastróficas lealtades no solo cristalizan en el ámbito político entre quienes son aliados de ellas, sino que, peor aún, resultan en sanciones internacionales de dudosa legalidad pero contundente efecto, aplicadas a quienes apoyan esos esquemas.
Como consecuencia, Venezuela ha sufrido y sufrirá mayor nivel de penurias y aislamiento por las sanciones, tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea y otros.
Otra perlita. Lo interesante y definitivamente poco entendible de todo esto es que justamente ahora el gobierno de Estados Unidos, en medio de una ruda campaña electoral, a través de la oficina de la OFAC (Departamento del Tesoro) haya aprobado renovar las licencias para la continuación de operaciones para Chevron en Venezuela y además haya suavizado el cerco para otras empresas “amigas” (Repsol, etc.).
Hoy esas inconsistencias en idioma coloquial se llaman “traición”, pero en el refinado idioma de las relaciones internacionales se denominan realpolitik, que también se extiende al guabinoso comportamiento de aquellos que se resisten a reconocer el triunfo de Edmundo González Urrutia hasta tanto el Consejo Nacional Electoral no muestre las actas de escrutinio, no importa cuán contundentes sean las evidencias ya presentadas hasta por los mismos observadores internacionales invitados por el oficialismo (Centro Carter).
Mientras tanto, se acerca el 10 de enero , fecha constitucional para el fin del mandato de Maduro e inicio del período de Edmundo González Urrutia. Hasta ahora no hay atisbo alguno de que se estén preparando comisiones de enlace para la transición, ni tampoco tenemos conocimiento de quiénes son o pueden ser los expertos que desde hoy y hasta la toma de posición y del gobierno vayan a ser los responsables de las distintas áreas de la nueva administración.
Hoy es evidente que -de darse la alternabilidad constitucional- no será posible iniciar con rapidez una gestión eficiente después de un cuarto de siglo de despiadada destrucción tanto institucional como económica y cultural.
No nos queda sino confiar en que los círculos que asesoran a Edmundo González Urrutia & Cía. estarán pensando en todo eso y ojalá nos informen de lo que se piensa hacer. El hambre no aguanta un periodo de estudio y acostumbramiento.
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