«Hemos enviado 2,2 millones de copias en papel, una para cada hogar en Noruega», manifestó Tore Kamfjord, el encargado de la campaña de preparación del Directorio Noruego para la Protección Civil (DSB, por sus siglas en noruego).
En la lista noruega de artículos para guardar en casa hay alimentos de larga vida como latas de frijoles, barras energéticas y pasta, y medicamentos como tabletas de yodo en caso de un accidente nuclear.
Oslo ya había enviado una versión anterior en 2018, pero Kamfjord señaló que el cambio climático y fenómenos meteorológicos más extremos como inundaciones y deslaves comportan mayores riesgos.
Para los suecos, la idea de un manual de emergencia civil no es nada nuevo. La primera edición de «En caso de guerra» se imprimió durante la Segunda Guerra Mundial y se actualizó durante la Guerra Fría.
Pero se ha incluido un mensaje en las primeras páginas: «Si Suecia es atacada por otro país, nunca nos rendiremos. Toda información respecto a que la resistencia debe terminar es falsa».
No hace mucho que Finlandia y Suecia seguían siendo países neutrales, aunque sus infraestructuras y «sistema de defensa total» se remontan a la Guerra Fría.
Cambios en el contexto global
El ministro de Defensa Civil de Suecia, Carl-Oskar Bohlin, dijo el mes pasado que a medida que el contexto global cambiaba, la información para los hogares suecos debían reflejar esos cambios también.
A comienzos de este año advirtió que “podría haber una guerra en Suecia”, aunque eso se interpretó como un llamado de atención porque sentía que las medidas para reconstruir esa “defensa total” estaban progresando demasiado lento.
Debido a su extensa frontera con Rusia y su experiencia durante la Segunda Guerra Mundial con la Unión Soviética, Finlandia siempre ha mantenido un nivel alto de defensa. Suecia, sin embargo, redujo su nivel de su infraestructura y sólo en años recientes empezó a prepararse mejor otra vez.
«Desde la perspectiva finlandesa, esto es un poco extraño», opina Ilmari Kaihko, profesor asociado en Estudios de Guerra de la Universidad de Defensa Sueca.
«[Finlandia] nunca se olvidó de que la guerra es una posibilidad, mientras que en Suecia, tuvieron que sacudir a la gente un poco para que entendiera que eso realmente puede suceder», expresó Kaihko, quien es de Finlandia.
Melissa Eve Ajosmaki, de 24 años y originaria de Finlandia, estudia en Gotemburgo (Suecia) y cuenta que se preocupó más cuando la guerra estalló en Ucrania.
«Ahora me siento menos preocupada, pero sigo pensando en qué debería hacer si hubiese una guerra. Especialmente porque tengo a mi familia en Finlandia».
Las recomendaciones
Las guías incluyen instrucciones sobre qué hacer en el caso de escenarios diferentes y piden a los ciudadanos asegurarse de que pueden arreglárselas por sí solos, por lo menos al comienzo, en caso de una situación de crisis.
A los finlandeses se les pregunta cómo lidiarían sin energía durante días en temperaturas tan bajas como -20 ºC.
La lista de verificación también incluye tabletas de yodo, así como alimentos de fácil cocción, comida para mascotas y una fuente alternativa de energía.
La lista sueca recomienda papas, repollo, zanahorias y huevos, además de latas de salsa boloñesa y sopas y preparadas de arándano y escaramujo.
El economista sueco Ingemar Gustafsson, de 67 años, recuerda haber recibido versiones anteriores del manual: «No estoy para nada preocupado, así que lo tomo con calma. Es bueno tener la información de cómo actuar y sobre cómo nos debemos preparar, pero no es como si tuviera todos esos preparativos en casa».
Una de las recomendaciones más importantes es la de mantener suficiente comida y agua para 72 horas.
Pero Ilmari Kaihko se pregunta si eso es práctico para todo el mundo.
«¿Donde lo vas a guardar si tienes una familia grande y vives en un apartamento pequeño?».