Varios de los manifestantes contra la visita de Herzog a Ámsterdam.MICHEL VAN BERGENEFE.
El rey Guillermo Alejandro de Países Bajos inauguró este domingo el Museo Nacional del Holocausto, junto al presidente israelí, Isaac Herzog, quien aprovechó su discurso para exigir la liberación de los rehenes en manos del grupo islamista Hamás, aunque con protestas propalestinas en Ámsterdam contra su presencia en el país.
La ceremonia tuvo lugar en la Sinagoga Portuguesa de Ámsterdam, con la asistencia de numerosas autoridades nacionales e internacionales, incluida la alcaldesa de la capital, Femke Halsema; la presidenta del Consejo Federal Alemán, Manuela Schwesig; y el presidente austriaco, Alexander van der Bellen.
En su discurso, Herzog llamó a la liberación de los rehenes retenidos en Gaza desde el pasado 7 de octubre y aseguró que el nuevo Museo Nacional del Holocausto es un lugar que recuerda “los horrores que surgen del odio, el antisemitismo y el racismo”, advirtiendo que el antisemitismo “está creciendo en la actualidad en todo el mundo”.
“Oremos en este lugar de culto por el regreso de nuestros rehenes, sano y salvo, y por la paz”, subrayó el presidente israelí, en su discurso en la sinagoga de Ámsterdam, en el que también señaló que “muchas personas” observaron en silencio cómo se deportaba a los judíos en Países Bajos, aunque celebró que “también hubo quienes se levantaron” contra los nazis.
Schwesig consideró importante seguir gritando “nunca más” y definió la presencia de Herzog como “un gesto especial”, a pesar de que organizaciones como The Rights Forum, centro neerlandés de conocimientos sobre Israel y Palestina, advirtieron de que “su recepción por parte del rey es una bofetada para los palestinos que tienen que observar impotentes cómo Israel mata a sus seres queridos y destruye su tierra”.
“Los alemanes fueron responsables de la deportación de personas desde aquí. Reconocemos nuestra culpa (…) Hoy, es nuestra responsabilidad mantener viva la memoria y hacer todo lo posible para asegurar que esto nunca vuelva a suceder”, señaló Schwesig.
Durante la ceremonia de inauguración del museo, se pudieron escuchar en varias ocasiones los gritos desde el exterior de los manifestantes que se concentraron delante de la sinagoga contra la presencia del presidente israelí en la inauguración del museo.
Además de silbar y gritar consignas por la liberación de Palestina y por el fin de la guerra israelí en la Franja de Gaza, también tocaron instrumentos que se dejaron escuchar dentro del lugar de culto.
También hubo protestas en otros puntos de Ámsterdam contra la recepción de Herzog por parte del rey Guillermo Alejandro. Más tarde, el presidente israelí también se reunirá con el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, para hablar de cuestiones políticas y bilaterales.
Más de 200 mezquitas pidieron esta semana al rey que no asistiera a la recepción y señalaron el valor simbólico de la presencia de Herzog en Países Bajos dada la guerra israelí en Gaza.
El museo, que abrirá este lunes al público, se encuentra en Plantage, el barrio que una vez acogió a judíos que esperaban su deportación de Ámsterdam, y que ahora albergará un centro que contará, ocho décadas después de ese genocidio, la historia de la persecución a los judíos.
Se calcula que unos 102.000 judíos neerlandeses fueron asesinados por los nazis en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Solo un 25 % de los judíos de Países Bajos sobrevivieron al Holocausto. EFE