Como dice el viejo refrán: “Dios los cría y ellos se juntan”… Y eso es lo que ocurre desde hace bastante tiempo entre dictadores latinoamericanos.
En Nicaragua, por ejemplo, el régimen de Daniel Ortega ha detenido y exiliado a un número increíble de líderes de oposición, prácticamente dejando a la nación centroamericana con un sistema de un solo partido… ¿a quién se parece?
Daniel Ortega, como los Castro, los ya depuestos Kirchner, Evo Morales, Rafael Correa y similares han sido acusados por ejecuciones extrajudiciales, asesinatos; además de cometer torturas, secuestros, tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Los órganos internacionales han denunciado violaciones en perjuicio de hombres y mujeres, además de la privación ilegal de la nacionalidad de muchos ciudadanos de dichos países.
Son feudos que han cercenado todo tipo de derechos políticos y sociales; han arremetido contra la clase dirigente opositora, contra las Iglesias, contra los organismos de Derechos Humanos y pare usted de contar.
Ahora bien, recordemos un poco lo que hemos vivido y estamos viviendo en Venezuela.
El sistema impuesto por Nicolás Maduro ha cometido las siguientes atrocidades:
1-. Trata de evitar a todo trance competir con la líder de la oposición venezolana, María Corina Machado; simplemente por el terror que le causa el liderazgo que ella ha construido a todo lo largo de la geografía nacional.
2-. Los organismos internacionales y las víctimas han expuesto la situación de la llamada “Tumba” y otros centros de torturas, espacios utilizado por los órganos de seguridad del Estado para martirizar a los presos políticos.
3-. Venezuela posee en la actualidad decenas de presos políticos, centenares de exiliados forzosos y millones de ciudadanos desplazados por las políticas económicas de Nicolás Maduro.
4-. Las políticas que emanan del Estado no solo agreden sino que discriminan a aquellos ciudadanos que no comparten (qué son la inmensa mayoría de la población) los ideales del régimen; y criminaliza a todos aquellos que se atreven a alzar su voz contra el modelo reinante en el país.
En este pequeñísimo resumen podemos ver esas tiranías son el ejemplo vivo de un modelo autoritario –como muy bien los expuso el también izquierdista Pepe Mujica– atroz y deshumanizado.
Es contra ese tipo de regímenes los que debemos derrotar con la fuerza del voto y no permitirles regresar jamás.
Qué se conquiste la libertad pronto en Venezuela, Nicaragua y en la sufrida isla de Cuba. ¡Esa es la meta!.