Nadie quiere esto es la comedia romántica de la que todos hablan, que se posicionó rápidamente en el ranking de lo más visto de Netflix. Debido a esto es que la serie que tiene como protagonistas a Kristen Bell y Adam Brody ya confirmó su segunda temporada.
Según mencionó la directora de contenido de la plataforma, Bela Bajaria, la serie semiautobiográfica de Erin Foster tendrá nuevos ejecutivos y showrunners. Entre estos, se encuentran la guionista Jenni Konner y el historietista Bruce Eric Kaplan, conocidos por su trabajo en la recordada serie Girls de HBO. Seguirán trabajando en la misma Erin y Sara Foster, Kristen Bell, Steven Levitan y Oly Obst, junto con la incorporación de Nora Silver, presidenta de Jenni Konner Productions.
Pese a que todavía no confirmaron cuándo desembarcará la segunda temporada en la plataforma, al final de la primera parte se deja entrever cuál es la decisión que toman Joanne (Bell) y Noah (Brody) sobre su relación; sin embargo, los suscriptores no dejan de preguntarse cuál será el destino para esta pareja de polos apuestos. “¿Seguirán juntos?”; “¿Él dejará todo por ella?; “¿Ella aceptará convertirse al judaísmo?”, son solo algunas de las dudas que se despertaron en el último episodio.
Nadie quiere esto causó furor en la audiencia debido a la inusual historia que relata en diez capítulos de 25 minutos cada uno. Después de varias citas desastrosas, Joanne decide tomar mejores decisiones y asiste a una reunión que hace una de sus amigas. Allí conoce a Noah, quien acaba de separarse de su novia de toda la vida. Sin embargo, aquello no es un impedimento, ya que conectan de inmediato, pero ella es agnóstica y él, no solo es judío, sino que es rabino y un referente para muchas personas, por lo que debe casarse con una mujer judía.
Pero lo que más cautivó a quienes la vieron es que está inspirada en parte de la historia de la propia creadora, pero, a diferencia de Noah, su marido no es rabino. “Este programa está basado en la única buena decisión que tomé: enamorarme de un buen chico judío. Pero me di cuenta de que ser feliz es mucho más difícil que ser miserable; no hay nada de que quejarse. Entonces, creé este proyecto basado en todas las formas en que encontrar a la persona adecuada puede ser tan difícil”, dijo Erin Foster en diálogo con Tudum de Netflix.
Además, la hija de David Foster aclaró: “La serie no está haciendo ninguna declaración política porque yo no soy la persona para hacer esa declaración. No crecí siendo judía, me convertí de adulta. Quería contar una historia judía, pero desde la perspectiva de alguien que eligió el judaísmo”.
Mientras que en una entrevista para la revista Harper’s BAZAAR, Foster explicó que el dogma religioso no fue el tema principal por el que los padres de Simon la querían lejos, sino que la historia de su familia también fue un factor que influyó directamente.
“Los padres de Simon son judíos rusos que huyeron de la Unión Soviética porque eran judíos. Habían estado casados durante 40 y tantos años. Y Sara (hermana de Erin]) y yo venimos de esta familia de Los Ángeles, muy centrada en el entretenimiento, con muchos matrimonios y divorcios”, explicó la autora y recalcó cuál fue el punto que sirvió como disparador para el nacimiento de su serie: “No podríamos haber venido de mundos más diferentes, y esas diferentes visiones del mundo realmente nos ponen en una posición única para tener… no conflictos, sino desafíos para seguir adelante y comenzar una vida juntos”.
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