(Composición Infobae: The New York Times / Alfaguara)
Un nuevo libro de Mario Vargas Llosa irrumpe en las librerías, abriéndose paso y colocándose en un pedestal, un espacio donde reposan las obras del laureado escritor. No se trata de una novela. Los lectores memoriosos recuerdan claramente que “Le dedico mi silencio” marcó su despedida de la ficción.
El ejemplar, con un color que podría evocar reminiscencias en los lectores, podría transportarlos a la historia que transcurre en Piura, donde se erige la casa de placer del forastero don Anselmo. Sin embargo, el material impreso que ocupa un lugar privilegiado en la librería no es una reedición de “La casa verde”. Basta aguzar la vista para darse cuenta de que se trata de un libro que dista mucho de la ficción.
“Ahora, me gustaría escribir un ensayo sobre Sartre, que fue mi maestro de joven. Será lo último que escribiré”, se lee en una de las últimas páginas del libro “Le dedico mi silencio”. Vargas Llosa no faltó a su palabra: el libro verde no es una novela, ni tampoco el proyecto destacado en la cita. Se trata, en cambio, de su obra periodística.
Como es sabido, desde temprana edad, nuestro compatriota estuvo vinculado con el periodismo, incluso antes de la literatura. En las postrimerías de su etapa secundaria, el nacido en Arequipa escribió para el diario La Crónica, cuya sede se encontraba en Lima. Mientras sus compañeros de la misma edad disfrutaban de sus vacaciones veraniegas de 1952 jugando al fútbol o gozando de los paisajes del Perú, él escribía notas periodísticas y realizaba entrevistas locales.
Su reciente libro, titulado “El país de las mil caras. Escritos sobre el Perú”, no es una compilación de los textos que redactó en su adolescencia, etapa en la que la literatura ya estaba incubándose en su ser. En las páginas del nuevo libro hay artículos periodísticos que escribió en su etapa de madurez. Penguin España, a través de su página web, adelantó los temas que aparecen en el libro: “La mirada de Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, sobre la historia, la política, la cultura y la sociedad peruana”, se lee.
El ejemplar que se encuentra en las librerías es el segundo volumen de su obra periodística. En 2021, se publicó el primer volumen titulado “El fuego de la imaginación. Libros, escenarios, pantallas y museos”, material impreso en el que se plasman las reflexiones que, según Carlos Granés, son aproximaciones comprensivas a la condición humana y a su mundo subjetivo.
(Alfaguara)
Esta no es la primera vez que sus artículos periodísticos han sido recopilados en libros. Antes de la publicación de los dos libros mencionados, el literato dio a conocer “El lenguaje de la pasión”, una selección de los artículos escritos entre los años 1992 y 2000 y que fueron publicados en el diario El País bajo el rótulo de “Piedra de toque”. En sus páginas se plasman tópicos relacionados con problemas derivados de la emigración, la despenalización del aborto en España, la desaparición de la figura del autor literario con una obra que perdure a través de la historia, entre otros.
Habiendo comentado esto, se puede inferir que los artículos que están plasmados en las páginas de “El país de las mil caras. Escritos sobre el Perú” corresponden a los años del nuevo milenio. Esta inferencia se valida con el prólogo que escribió Carlos Granés: “No es exagerado decir que la conversación pública en el Perú actual es la que es, en gran medida, porque a lo largo del último medio siglo Vargas Llosa publicó determinados artículos y determinados ensayos, y porque con ellos logró abrir debates económicos, morales, ideológicos y estéticos de enorme impacto en los distintos ámbitos de la vida peruana”, señaló.
En los últimos 20 años, continuó escribiendo para el diario El País e incluso sus columnas aparecieron en diarios como El Comercio y La República, en tiempos diferentes, claro está. Durante ese tiempo, sus columnas abordaban temas internacionales y, sobre todo, asuntos del Perú, y el público podía leerlas a través de internet. Sin embargo, en diciembre de 2023 ya no se volvió a publicar una columna del escritor. De esta manera, se despidió del periodismo, un oficio que abrazó con fuerza y que le dio los insumos para escribir sus grandes novelas aclamadas por lectores de diversas partes del mundo.
El autor de “Conversación en La Catedral” ha mantenido una relación de amor-odio con su país natal, Perú. A lo largo de su vida, ha expresado tanto su genuino amor por la riqueza cultural y las tradiciones peruanas como su desencanto por ciertos aspectos de la sociedad y la política del país.
En 1990, Mario Vargas Llosa se postuló a la presidencia de Perú con el Movimiento Libertad, un partido liberal. Su candidatura fue polarizante, y aunque fue derrotado por Alberto Fujimori, este evento marcó un hito en su relación con el país. Vargas Llosa criticó duramente el régimen de Fujimori, especialmente durante la dictadura que se instauró tras el autogolpe de 1992, cuando Fujimori cerró el Congreso y reformó la Constitución a su favor.
Otro momento medular fue el conflicto interno en Perú durante la época del terrorismo de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) en las décadas de 1980 y 1990. En 1983, Mario Vargas Llosa presidió la Comisión Investigadora de los Sucesos de Uchuraccay, que buscó esclarecer la masacre de ocho periodistas y dos campesinos. A pesar de sus aparentes buenos intentos, las recomendaciones y conclusiones de la comisión fueron recibidas con escepticismo y controversia.
En los últimos años, Vargas Llosa ha continuado siendo una voz influyente y crítica. Apoyó la destitución del presidente Pedro Pablo Kuczynski en 2018 debido a acusaciones de corrupción y ha emitido opiniones contrarias a figuras políticas como Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori. Estas posturas han mantenido su figura en el centro del debate político y social en Perú.
A pesar de sus encuentros y desencuentros con la tierra que lo vio nacer, Vargas Llosa siente un profundo cariño por su país natal. Esto quedó claramente expresado en el discurso que dio al recibir el Premio Nobel de Literatura.
“El amor al país en que uno nació no puede ser obligatorio, sino, al igual que cualquier otro amor, un movimiento espontáneo del corazón, como el que une a los amantes, a padres e hijos, a los amigos entre sí. Al Perú yo lo llevo en las entrañas porque en él nací, crecí, me formé, y viví aquellas experiencias de niñez y juventud que modelaron mi personalidad, fraguaron mi vocación, y porque allí amé, odié, gocé, sufrí y soñé. Lo que en él ocurre me afecta más, me conmueve y exaspera más que lo que sucede en otras partes. No lo he buscado ni me lo he impuesto, simplemente es así”, expresó el literato, visiblemente sobrecogido.
Es menester señalar que el otrora candidato a la presidencia de Perú fue objeto de críticas en 1993 cuando obtuvo la nacionalidad española, una decisión que un sector de la población peruana interpretó como un distanciamiento del país tras su derrota en las elecciones presidenciales de 1990 y su constante crítica al régimen del padre de Keiko.
“Quiero a España tanto como al Perú y mi deuda con ella es tan grande como el agradecimiento que le tengo”, expresó en otro momento de su alocución.
(El Peruano)
Lo cierto es que Mario Vargas Llosa está agradecido no solo con el Perú, sino también con el periodismo, ya que ambos fueron la materia prima para crear sus ficciones. Sobre el oficio que alimentó sus historias y satisfizo sus necesidades, Vargas Llosa conversó con el exdirector del diario El País, Antonio Caño, en el marco del Foro Internacional del Español.
“He hecho periodismo prácticamente hasta el día de hoy, sin parar. Periodismo de diario, periodismo de radio, periodismo de televisión. Creo que he pasado por todas las secciones de un periódico, salvo sociales. He hecho noticias locales, internacionales, deportivas; he trabajado en la página editorial y ahora soy columnista. Ha sido una actividad paralela a mi trabajo de escritor, y la verdad, una fuente riquísima de experiencias sin las cuales no hubiera escrito buena parte de las cosas que he escrito”, sostuvo el autor de “La tía Julia y el escribidor”.
Es preciso señalar que el literato ha realizado diversos reportajes a lo largo de su carrera, explorando conflictos y realidades en distintas partes del mundo. Ha cubierto temas en Israel, ha informado sobre Irak inmediatamente después de la invasión, una experiencia que encontró particularmente fascinante, y ha escrito sobre el Congo, una vivencia que describe como terrible pero inolvidable. Además, el propio Vargas Llosa ha expresado cuánto disfruta hacer este tipo de trabajo periodístico.
“El lenguaje periodístico es fundamentalmente un medio, mientras que el lenguaje literario es, al mismo tiempo, un medio y un fin en sí mismo”, le dijo al otrora director del diario en el que trabajó durante 33 años.