
“Margarita Boulton propone en su exposición Mourning Flowers (Flores de duelo), una mirada que las escruta en su decadencia o en su fallo: ese instante en el que la lozanía y el esplendor ceden paso a la fragilidad y el declive”
Por KATHERINE CHACÓN
El tiempo va sobre el sueño
hundido hasta los cabellos.
Ayer y mañana comen
oscuras flores de duelo.
Federico García Lorca
Desde tiempos inmemoriales las flores han sido símbolos de belleza y transitoriedad. Su esplendor efímero ha inspirado incontables manifestaciones artísticas y literarias, asociándose con la juventud, el amor y la renovación. En su estado más vibrante, las flores rezuman el atractivo necesario para la polinización. Sus colores y formas seductoras, y sus agradables fragancias, aseguran así la perpetuación de la vida.
Frente a la imagen convencional de la flor como emblema celebratorio de la belleza y la magnificencia de la vida, Margarita Boulton propone en su exposición Mourning Flowers (Flores de duelo), una mirada que las escruta en su decadencia o en su fallo: ese instante en el que la lozanía y el esplendor ceden paso a la fragilidad y el declive. En estas fotografías que retratan pétalos ajados, capullos que nunca abrieron y hojas consumidas por el tiempo, no hay ornamento ni idealización, sino una exploración de lo marchito como metáfora del duelo. El envejecimiento, la frustración, los desencuentros y la incomunicación se des-dibujan en estas flores temblorosas, logradas a través de desenfoques, barridos y trepidaciones voluntarias, que aluden a una interioridad doliente.
Boulton no solo documenta la transformación material de la flor, sino que traduce en imágenes la pérdida irrepresentable de la feminidad. La maternidad frustrada, la identidad erosionada por el paso del tiempo o el agotamiento del deseo, encuentran su expresión en estas flores que ya no responden al ideal de lo vivo, pero que aún se resisten a desaparecer.
Desde una perspectiva psicoanalítica, Julia Kristeva señala que el duelo es un proceso que desestabiliza el lenguaje y la identidad, enfrentándonos a lo inefable, a aquello que no puede ser completamente simbolizado. En Mourning Flowers, Boulton no solo da testimonio de la decadencia, sino que la convierte en un acto de afirmación estética. Para Kristeva, el arte es un espacio de sublimación: transforma lo indecible en imagen, lo doloroso en lenguaje. En la materialidad de lo marchito, o de lo abortado, encontramos una poética del duelo que no busca la reparación, pero sí una forma de inscripción. La fragilidad se vuelve presencia y la pérdida, aunque irreparable, encuentra un modo de ser vista, de ser dicha.
*Margarita Boulton (Venezuela, 1986) se formó como técnico superior en Diseño Gráfico en el Instituto de Diseño de Caracas entre 2005 y 2009, y en 2012 obtuvo una Licenciatura en Bellas Artes en Diseño Gráfico en la Miami International University of Art and Design. Su práctica fotográfica comenzó en Roberto Mata Taller de Fotografía, en Caracas, donde estudió entre 2016 y 2019. En 2022 presentó su trabajo fotográfico en la exposición individual Ella, la flor, realizada en La Casa 22 de El Hatillo, Caracas. Actualmente vive y trabaja en Miami.
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