El presidente de China, Xi Jinping, llegó al palacio presidencial de Francia el lunes para una visita oficial de dos días que se esperaba se centrara en disputas comerciales y esfuerzos diplomáticos para convencer a Beijing de que utilice su influencia para presionar a Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania.
En París, Xi se reunió primero con el presidente de Francia Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para abordar preocupaciones más generales de la UE. En sus declaraciones preliminares, Macron dijo que en el encuentro se tratarían primero asuntos comerciales y cómo garantizar la “competencia justa”, y después las guerras en Ucrania y Oriente Medio.
“Estamos en un punto de inflexión en nuestra historia” en el que la relación entre Europa y China enfrenta diversos desafíos, dijo Macron.
Las conversaciones aspiraban a compartir “tanto nuestras posiciones compartidas como nuestras preocupaciones, para intentar superarlas, porque el futuro de nuestro continente muy claramente dependerá también de nuestra capacidad para desarrollar relaciones equilibradas con China”, dijo.
Macron, un firme defensor de la soberanía económica europea, quería expresar los reparos de Francia sobre una investigación china sobre dumping en el coñac y otras variedades europeas de brandy, así como tensiones en torno a cosmética francesa y otros sectores.
En un discurso reciente, condenó las políticas comerciales de China y Estados Unidos, alegando que refuerzan el proteccionismo y los subsidios.
Al inicio de su reunión en París, Xi dijo que “el mundo ha iniciado un nuevo periodo de turbulencias y cambios”.
“Como dos fuerzas importantes en el mundo, China y Europa deben (…) hacer contribuciones continuas a la paz y el desarrollo mundial”, dijo.
La UE inició el otoño pasado una investigación sobre subsidios chinos y podría imponer aranceles a vehículos eléctricos exportados desde China.
“La Unión Europea y China quieren buenas relaciones”, dijo Von der Leyen. “Tenemos una relación económica considerable entre la UE y China (…) Pero esta relación también tiene dificultades, por ejemplo a través de la sobrecapacidad impulsada por el estado, acceso desigual al mercado y la dependencia excesiva”.
París era la primera parada de la gira europea de Xi, que intenta reconstruir relaciones en un momento de tensiones globales. Después de pasar el lunes y el martes en Francia se dirigirá a Serbia y Hungría.
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