En su última reunión en el marco del 74º Congreso en Bangkok, Tailandia, Gianni Infantino, presidente de la FIFA, anunció la novedad: “Tenemos intención de desarrollar y mejorar el VAR, con menos cámaras y que no se necesite la presencia de los oficiales (AVAR) de partidos, por lo que será más fácil para todos y más económico”. A su vez dejó un comentario respecto de las principales modificaciones que se proyectan, probando asimilar experiencias de otras disciplinas como el vóley y el tenis.
“Tendrán Ojo de Halcón en la línea de gol. Y los entrenadores podrán pedir la ayuda del VAR en dos ocasiones”, sorprendió la máxima autoridad de la entidad rectora del fútbol. El “Hawk Eye”, según su nombre en inglés, busca resolver las situaciones respecto de si la pelota entró o no entró en el arco, pero con una tecnología más accesible que la del DAG (Detección Automática de Gol), que es la que, a partir de un grupo de cámaras y con un chip dentro del balón, hace vibrar el reloj del juez en el caso de que el esférico ingresó en su totalidad en la valla.
“Y los jugadores podrán instar a su entrenador a que solicite la revisión. Si se cambia la decisión inicial a partir del VAR, el equipo no perderá la solicitud y seguirá teniendo dos opciones”, detalló Infantino sobre la modalidad que por el momento está siendo parte de una prueba interna y la FIFA no tiene pensado implementar en sus principales competencias de inmediato. Se trata de un trabajo a largo plazo: sólo se puso en práctica en dos torneos; uno masculino y otro femenino.
¿A qué apunta el proyecto? La FIFA cuenta con 211 asociaciones afiliadas y, por un problema de costos, solo 65 utilizan el VAR, y muy pocas el nuevo VAR simplificado que conocimos en Qatar 2022. Otro dato no menor es que el anuncio se da en un contexto de importantes críticas al VAR en varios países del mundo. Incluso en Inglaterra, la tierra de IFAB, Wolverhampton pidió que se debata su uso en la próxima Asamblea General de Clubes de la Premier League.
El presidente de los árbitros FIFA, Pierluigi Collina comentó que los resultados preliminares fueron “muy, muy positivos”. La intervención de la humano-tecnología será en base al posible “error claro, obvio y manifiesto o un incidente grave inadvertido, sobre los cuatros puntos base: gol/NO gol, penal/NO penal, tarjeta roja y confusión de identidad.
Las pruebas se realizaron en 36 encuentros, con dos configuraciones diferentes. Los partidos están cubiertos por operadores de cámaras y con cámaras automatizadas. Las dos configuraciones fueron distintas: en una hubo sólo tres cámaras con un operador, y en la otra siete cámaras sin operador, así que automáticamente se maniobraba el resultado a través de un programa.
En la computadora, surge un operador de revisión, con un monitor en cancha y listo para comprobar el incidente, como el VAR tradicional. Lo que evita son los avares y los videos tradicionales manipulados por árbitros. Los entrenadores podrán solicitar dos veces la revisión, haciendo girar el dedo en el aire y luego dándole una tarjeta al cuarto árbitro con el detalle de cuál es la situación a ser revisada. La decisión final la tendrá el juez.
Si a raíz de la revisión solicitada se produce un cambio de la decisión inicial por el colegiado, el equipo que haya impulsado la consulta mantendrá las dos oportunidades de pedir la intervención. Y, si se confirma la postura del árbitro, perderá una chance.
Como toda prueba que realiza FIFA, a fin de año se propondría en la agenda a tratar entre la Federación y International Board, y en marzo del 2025 tendríamos el resultado final del debate, con la posibilidad de que el nuevo VAR se ponga en funciones a partir de julio de 2025.