Las campañas de desinformación con noticias falsas o informaciones engañosas y manipuladas con inteligencia artificial forman parte cada vez más de la conciencia colectiva latinoamericana y generan una presión adicional al periodismo, por lo que los expertos consideran urgente crear un frente común en el continente para contrarrestarlas.
Tras la IV Cumbre Global sobre Desinformación auspiciada por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y organizaciones académicas y de noticias, han surgido los primeros insumos para afrontar una problemática creciente, sobre todo por el alto consumo de la información engañosa en las redes sociales.
Adrián Pinto, representante del Proyecto Desconfío, co-organizador de la cumbre que concluyó el viernes, considera que dada la magnitud del problema y con los esfuerzos propios que hacen algunas salas de redacción para verificar contenidos, se ha llegado a un momento en que “la desinformación es un desafío global que requiere una respuesta coordinada y colaborativa».
Desde Journalism Trust Initiative, de Reporteros sin Fronteras, se han presentado algunas propuestas como vía a lograr un frente común desde los medios de comunicación.
Bertrand Mossiat, líder de la iniciativa, ha destacado que urge “avanzar hacia un estándar de calidad para los periodistas» que considera medular para la «reconstrucción de la confianza» en los medios como primer paso en la lucha por la credibilidad.
Durante dos días, expertos internacionales de 35 países expusieron sobre los alcances de la desinformación, en dos jornadas con transmisiones en vivo ante miles de seguidores en unos 50, los expertos desglosaron algunos mecanismos alcanzables para empezar a formar la barrera común de combate de la desinformación.
La cumbre agrupó en cuatro ejes temáticos las preocupaciones en cuanto al fenómeno, complicado por la proliferación de consumo de redes sociales, que los expertos consideran las vías principales de propagación de desinformación dadas las frágiles barreras para la moderación de contenidos.
Metas
Los foros ahondaron en el fortalecimiento democrático frente a la desinformación como clave del problema. El director ejecutivo de la SIP, Carlos Lauría, considera importante poner el foco en el tópico de la democracia en la región, porque cada cada vez y con facilidad de difusión, los discursos de los “detractores de democracia”, encuentran seguidores, sobre todo al enmarcar sus alusiones en teorías conspirativas.
Otras mesas profundizaron en las estrategias de los medios de comunicación ante las narrativas desinformantes y los retos que plantea afrontar el problema.
Tampoco podía quedar atrás la incursión sobre la inteligencia artificial, que supone grandes posibilidades de innovación, pero también un riesgo alto de usos contrarios a la rigurosidad que demanda el periodismo.
Los expertos también consideraron prioritario continuar con los esfuerzos de educación y alfabetización digital en las audiencias, en tiempos en que las noticias falsas y contenidos maliciosos logran infiltrarse en capas de población más vulnerables a este tipo de información.
“La Cumbre propició una serie de propuestas para una lucha efectiva contra la desinformación en el futuro, y mostró la importancia de la colaboración y la innovación en la protección de la democracia”, acotó la SIP al valorar los alcances del encuentro.
En los próximos días, el organismo espera emitir una declaración final sobre los alcances de la cumbre y enmarcar los desafíos que representa el problema de la desinformación en la era de la inteligencia artificial.
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