La protesta de los partidarios de Evo Morales agudizó la crisis del combustible en Bolivia, con cientos de camiones cisterna varados después de cinco días de bloqueos contra la posible detención del ex mandatario investigado penalmente por estupro y trata de personas.
“Tenemos 570 cisternas cargadas con combustible en los distintos puntos de bloqueo”, informó el viernes el vicepresidente de operaciones de la estatal petrolera YPFB, Ariel Montaño. Esta situación ha impedido la distribución de “casi 20 millones de litros” de diésel y gasolina, añadió.
Con piedras y hogueras, los manifestantes impiden el tráfico en 14 tramos de las carreteras que conectan el centro de Bolivia, a la altura del departamento de Cochabamba, con La Paz y Santa Cruz, las regiones más pobladas del país.
El lunes, cuando inició la protesta, había cuatro puntos bloqueados en Cochabamba, de acuerdo con la estatal Administradora Boliviana de Carreteras (ABC).
“Es terrible lo que estamos pasando, son cinco días que no hemos podido trabajar, nuestros compañeros que están en los caminos ya no tienen ni alimentación”, contó Víctor Tarqui, dirigente de la Confederación de Choferes de Bolivia, a la agencia de noticias francesa AFP.
Los manifestantes se han enfrentado esporádicamente con policías que han intentado desalojarlos con gases lacrimógenos. El jueves tres uniformados resultaron heridos en el límite entre Cochabamba y Santa Cruz, informó la Policía.
Las autoridades también reportan 15 detenidos desde el comienzo de la protesta.
Desde el año pasado Bolivia está importando menos carburante por la caída de sus ingresos por las ventas de gas, su mayor fuente de divisas hasta 2020.
Si “el gobierno no interviene” y desbloquea las vías “vamos a tener que paralizar todo el país”, afirmó el dirigente de la confederación de choferes.
El jueves, el presidente Luis Arce advirtió que no dejaría “incendiar” Bolivia a manos de los seguidores de Morales, su otrora aliado y hoy adversario en la lucha por la candidatura presidencial del oficialismo en 2025.
El ex mandatario (2009-2016) enfrenta el riesgo de ser detenido por un presunto caso de estupro, trato y tráfico de personas, a raíz de una relación que le atribuyen en 2015 con una menor de 15 años con quien tuvo una hija al año siguiente.
Morales asegura que se trata de “una mentira más” que orquestó el gobierno para “proscribirlo”. Según él, el tema ya fue investigado y archivado por la justicia en 2020.
Los sectores leales a Morales iniciaron el bloqueo “indefinido” de caminos después de que la Fiscalía boliviana lo citara a declarar por el caso de trata de personas y estupro. Los manifestantes fueron ampliando sus demandas para que el gobierno de Arce también resuelva problemas como la falta de dólares y combustibles, el encarecimiento de algunos alimentos o revierta algunas medidas económicas recientes como la eliminación de aranceles a la harina o arroz, entre otros.
“La movilización es para que (el Gobierno) resuelva los temas económicos, resuelva el tema de la canasta familiar, resuelva el tema del combustible”, aseguró Morales en una entrevista que concedió a la radio cocalera Kawsachun Coca.
Las peticiones de los sectores afines a Morales piden el cese de lo que consideran una “persecución judicial” en su contra y que se reconozca el congreso del partido Movimiento al Socialismo (MAS) de octubre de 2023 que eligió al ex mandatario como “candidato único” de ese partido para las elecciones del próximo año.
Arce y Morales están distanciados desde finales de 2021 por diferencias en la administración del Estado y que se profundizaron ante la necesidad de renovar la dirección nacional del MAS y elegir al candidato para las próximas elecciones generales.
(Con información de AFP y EFE)
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