Un total de 28 portugueses y 16 de sus familiares llegó este sábado a Lisboa a bordo de un avión militar portugués tras haber sido evacuado este viernes del Líbano, país que se encuentra bajo ataque israelí.
El aparato, un KC390 de la Fuerza Aérea Portuguesa, aterrizó hoy a las 20:30 hora local (21:30 GMT) en el aeródromo militar Figo Maduro de la capital lusa.
Los evacuados fueron inicialmente transportados desde el Líbano hasta Chipre en una aeronave lusa Falcon-50; y desde el aeropuerto de Lárnaca tomaron otro vuelo hacia Portugal, explicó el Ministerio del Exterior luso en un comunicado.
En el aeródromo lisboeta fueron recibidos por el secretario de Estado de los Negocios Extranjeros y Cooperación, Nuno Sampaio, y por los agentes de seguridad social y de la Agencia para la Integración, Migraciones y Asilo, ya que para algunos de ellos era la primera vez en el país o no tenían conocidos con los que hospedarse.
En declaraciones a periodistas, Sampaio celebró el «éxito» de la misión y, sin dar números, avanzó que existe la posibilidad de que tengan que repatriar a más portugueses en el futuro, una situación para la que, aseguró, están preparados.
«Esta es una situación dramática, el que una persona tenga que dejar un país en una situación de guerra. Hay muchas personas que pueden no querer dejar atrás su vida y pueden en otro momento querer salir», matizó.
No cerró puertas a que futuras evacuaciones puedan ser realizadas con la ayuda de países socios.
Sobre el ataque de Israel al Líbano, el secretario de Estado aseguró que el Gobierno de Portugal, liderado por el primer ministro conservador Luís Montenegro, «acompaña con mucha atención y preocupación todo lo que ocurre en Oriente Medio».
Asimismo, recordó que la recomendación de las autoridades es que los portugueses no viajen al Líbano.
Entre los portugueses repatriados que aterrizaron hoy en Lisboa se encontraba Eurídice Lakkis, de 40 años, que llegó junto a su marido, de nacionalidad libanesa, y sus dos hijos menores de edad.
En declaraciones a periodistas explicó que se mudó al Líbano hace un año, donde vivía en una ciudad en el sur del país, y que comenzó a sentir y ver a pocos metros los bombardeos de forma diaria a partir de este pasado lunes. Decidieron huir al norte, y ahí entraron en contacto con la Embajada portuguesa.
«Antes de ayer recibí una llamada de ellos, que decían que estaba disponible para salir del país y, como la situación no estaba buena y ya habían bombardeado Beirut, decidí venir», resumió.
En su vuelta a Portugal, deberá empezar de cero de nuevo con su familia. «Perdí todo. Salimos sin nada», aseveró.
El Ejército israelí intensificó su campaña el lunes con foco en el sur y este del Líbano, bastiones del grupo chií Hizbulá, pero también ha ampliado su radio de actuación a la periferia sur de Beirut, dejando más de mil muertos y decenas de miles de desplazados.
EFE
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