Alertan desprotección para la lideresas awajún Georgina Rivera Paz luego de denunciar centenares de casos de abuso sexual contra menores en sus comunidades amazónicas en las provincias de Bagua y Condorcanqui.
Rivera Paz, socia del Concejo de Mujeres Awajún Wampis Umukai Yawi, fue arrestada por señalar a agresores sexuales en su comunidad. La liberaron minutos antes de las 7:00 p.m. del 29 de junio de 2024, tras haber sido injustamente detenida en el calabozo de Nazaret-Imaz, según informaron miembros de la comunidad indígena.
En un mensaje de difusión se pidió su liberación, y se alertó que también recibió amenazas a su integridad física. La periodista de Karla Ramírez de Cuarto Poder difundió que Micaela Impi, vicepresidenta del Gobierno Territorial Autónomo Awajún, también enfrenta desprotección.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp) emitió un comunicado en el que asegura estarán brindando apoyo legal y psicológico a Rivera Paz, “a fin de contribuir a su protección, acceso al sistema de justicia y recuperación emocional”. La lideresa awajún se encontraba en la Comisaría Rural de Chiriaco, según el Mimp.
La problemática de abusos sexuales en las comunidades awajún ha revelado serias carencias en el sistema judicial. Desde 2011 hasta 2024, más de 500 casos de abuso sexual a menores han sido denunciados sin resultados significativos.
La Fiscalía de la región carece de infraestructura adecuada, como la Cámara Gesell y médicos legistas, indispensable para investigar estas denuncias. Además, la falta de actualizaciones en el software del Ministerio de Educación ha permitido que profesores suspendidos por violación continúen trabajando en otras instituciones educativas.
Las comunidades awajún han denunciado que, debido a la falta de justicia, algunos líderes locales han optado por resolver estos delitos con acuerdos intracomunitarios, incluso exigiendo pagos monetarios a los agresores. Las organizaciones defensoras de derechos humanos urgen al estado a tomar acciones inmediatas para proteger a los menores y garantizar que los responsables sean llevados ante la justicia.
Desde hace años, Georgina Rivera Paz asume un papel crucial en la defensa de los derechos de los niños, niñas, adolescentes y mujeres de la comunidad awajún en la región amazónica del Perú. Desde hace años, la líder indígena ha denunciado públicamente los casos de violación sexual que afectan a su pueblo. Rivera Paz es reconocida entre su comunidad como una “nuwa waimaku”, término que se traduce como “mujer visionaria” y que alude a lideresas con gran determinación y capacidad para lograr sus objetivos.
Rivera Paz se ha dedicado a visibilizar la violencia sexual que sufren los miembros de la comunidad awajún y a exigir justicia tanto en las comunidades indígenas como en el sistema judicial ordinario. Su trabajo ha sido destacado por medios como Ojo Público, que han seguido de cerca su lucha por la protección y los derechos de los más vulnerables en la región de Amazonas.
En el marco de su labor, Georgina Rivera también ha compartido su propio testimonio de vida, posicionándose como un referente de valentía y determinación contra la impunidad y la falta de respuesta judicial. A pesar de las dificultades y los riesgos asociados a levantar su voz en defensa de su comunidad, Rivera Paz continúa su lucha en busca de justicia para las víctimas de abuso sexual.
La situación de los abusos en la comunidad awajún es crítica. Casos de violación sexual, tanto a menores como a mujeres adultas, no encuentran el soporte adecuado ni en su entorno inmediato ni en las instituciones de justicia formal. Esta realidad ha sido documentada en diversas investigaciones y artículos, sobre el dolor y la lucha que enfrenta el pueblo awajún en su camino hacia la equidad y el respeto de sus derechos fundamentales