Maduro designó el viernes 18 de octubre al empresario colombiano Alex Saab ministro de Industria y Producción Nacional, menos de once meses después de entregarle la presidencia del Centro Internacional de Inversión Productiva, el 15 de enero, en lo que parece confirmar el empeño del mandatario por lavarle la cara al testaferro.
Esta misión, emprendida luego de que Estados Unidos liberó a Saab en un intercambio de prisioneros con Caracas sin juzgarlo por lavado de dinero, probablemente resulte imposible. Pero puede que los negocios turbios retomen el vuelo de antaño, cuando el barranquillero se hizo multimillonario a la sombra de Maduro.
Si desde el primero de los cargos se podía decidir a quién darle buques con petróleo de Pdvsa, el testaferro tendrá ahora a su disposición como ministro un centenar de empresas e instituciones, entre las que destaca la Corporación Venezolana de Guayana.
Alex Saab participó en la trama del robo permanente en Pdvsa por medio de los barcos fantasma hasta que se le acabó la fiesta cuando lo apresaron en Cabo Verde en junio de 2020. Pero a cargo del “negocio” quedó su socio colombiano Álvaro Pulido, un antiguo narcotraficante que también se hizo multimillonario a la sombra del régimen de Caracas, que continúa protegiéndolo.
En 2015, el testaferro demostró la condición de sus lazos con el gobierno de Maduro al ganar la licitación que Petróleos de Venezuela, S. A. hizo pública en agosto de ese año para desarrollar un proyecto en la Faja del Orinoco.
Aunque Trenaco –registrada en Suiza pero manejada desde Colombia por Saab y Pulido- “no estaba calificada, ni técnica ni económicamente”, y fueron vanos los esfuerzos de Pdvsa por convencer a sus socios extranjeros de aceptar el contrato. El acuerdo colapsó entre diciembre de 2015 y enero de 2016.
Sin embargo, el empresario colombiano, que en 2011 había hecho negocios con Chávez, podía estar seguro de que sus nexos con el gobierno de Maduro -y por supuesto con Pdvsa- permanecían intactos.
“Todo el apoyo para la inmensa tarea que tiene que cumplir”, dijo Maduro el viernes en alusión a Saab. Ese respaldo es tanto que el empresario colombiano sustituye en el cargo a una ficha de la élite militar de enorme poder político encabezada por Padrino, el coronel del Ejército Pedro Tellechea, con estudios incluso en la Escuela Superior Técnica del Ejército argentino.
Sorpresivamente, Tellechea anunció el mismo viernes 18 de octubre su renuncia al cargo de ministro de Industria y Producción Nacional -en el que estuvo menos de dos meses- por “problemas de salud que requieren atención inmediata”. Pero la suerte estaba echada y el régimen de Maduro había optado por seguir persiguiendo la quimera de lavarle la cara al testaferro, ahora en la versión Parte 2.
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