Un empleado inspecciona un diamante de corte Asscher de color amarillo intenso en una exposición de la colección de grandes diamantes de color de Alrosa, el 13 de febrero de 2019 en Moscú. Con un peso de 20,69 quilates, es el diamante amarillo más grande extraído en Rusia en 2017. (Crédito: Andrey Rudakov/Bloomberg/Getty Images)
Tras casi dos años de conflicto, el mercado mundial de diamantes está a punto de sufrir las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania.
Por: CNN
A principios de enero, la Unión Europea incluyó en su lista de sancionados al mayor productor mundial de diamantes, la empresa rusa Alrosa, y a su CEO, Pavel Alekseevich Marinychev. El nuevo año marcó el comienzo de una escalada de restricciones a la exportación de piedras rusas coordinada con el G7, que incluye a Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Japón, así como a los miembros de la UE, Francia, Alemania e Italia.
Aunque algunos países ya habían impuesto sus propias sanciones, la creación de un sistema global para vigilar eficazmente el mercado resultó todo un reto. Los comerciantes de diamantes de Amberes, ciudad portuaria belga que es uno de los principales centros de comercio de estas piedras preciosas, presionaron para frenar las restricciones a este lucrativo negocio. Sin embargo, ahora que se acordó un régimen de sanciones, se prevé que se produzcan cambios radicales en el funcionamiento de la industria del diamante, lo que impondrá nuevos requisitos en un sector que históricamente ha funcionado con escasa transparencia.
“Hace dos años que se está trabajando en estas sanciones, y se ha tardado tanto porque es muy difícil establecer un marco al que todos los miembros del sector puedan adherirse”, dijo Paul Zimnisky, analista de la industria del diamante.
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