Tras identificar y registrar a los migrantes en el antes citado «paso humanitario» de la selva, los agentes panameños los conducen a un albergue donde reciben asistencia mientras se decide su destino.

Migrantes acampados junto al albergue de Lajas Blancas, en el Darién, a la espera de que se decida su destino. Getty Images
«El personal selecciona a quienes puedan ser señalados para el programa de retorno voluntario, deportaciones y expulsiones. Les hacemos un proceso legal donde se les comunica la decisión y tienen su derecho a apelar. Cuando la decisión es en firme, procedemos a hacer efectivo el vuelo y la deportación o expulsión», indica el director de Migración.
Sin embargo, la mayoría de los migrantes que logran atravesar el Darién no acaban siendo deportados y se les deja continuar su ruta hacia el norte.
Desde el inicio del programa a mediados de 2024 se ha repatriado a 1.744 migrantes irregulares, cifra que supone solo un 0,6% de los 302.203 que transitaron por Panamá en el año.
«Se envía de vuelta a sus países de origen a quienes mantengan alertas de seguridad y a otras personas que pudiesen representar riesgos para Panamá u otros países. También a quienes lo solicitan voluntariamente», explica el viceministro Carlos Guevara Mann.

La inmensa mayoría de los migrantes que son interceptados continúan con su viaje hacia el norte. Getty Images
Los venezolanos -casi 7 de cada 10 migrantes que cruzan la selva- están exentos de las deportaciones ya que Panamá no tiene relaciones diplomáticas con Venezuela.
«El régimen venezolano no accede a la repatriación de sus nacionales, en abierta violación a los más elementales criterios de derechos humanos», denunció el viceministro de Asuntos Multilaterales y Cooperación.
De momento, el gobierno panameño tiene acuerdos con Colombia, Ecuador e India para repatriar a migrantes irregulares bajo el programa de retorno voluntario, deportaciones y expulsiones.
Dado el reducido número de deportaciones, el experto en migraciones Andreas Feldmann, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Illinois en Chicago, considera que este factor «tiene un efecto más bien simbólico» en la reducción del flujo migratorio a través de Panamá.
Matiza, sin embargo, que los vuelos de repatriación «ejercen cierta influencia desde el punto de vista de la disuasión».
¿Se cerrará el Darién en 2025?
No está claro hasta qué punto otros factores externos -ajenos a las acciones del gobierno panameño- han influido en la reducción del 42% en el tránsito migratorio irregular a través del Darién.
El coordinador de Migración de la Cruz Roja cita posibles detonantes como «los cambios en las políticas de asilo y acogida en países de destino, y el cambio de contexto y de medidas de regulación de flujos migratorios en los países de origen y tránsito».
El experto en migraciones Andreas Feldmann menciona, más específicamente, el endurecimiento de la vigilancia fronteriza en Estados Unidos y la mayor dificultad para lograr asilo político en ese país, que podría haber desincentivado a muchas personas que se planteaban hacer la ruta terrestre desde Sudamérica.
Sin embargo, matiza que esto podría compensarse con el aumento de las presiones migratorias «por lo que pasó en Venezuela con las elecciones, lo que está pasando en Haití y, en general, el empeoramiento de las condiciones en la región, incluso en Colombia».
En todo caso, la reducción del flujo migratorio por el Darién se notó especialmente en los últimos meses de 2024, precisamente después de instalarse las alambradas, aumentar la vigilancia y comenzar a operar los vuelos de repatriación.
En diciembre cruzaron 4.558 personas, un 80% menos respecto a las 24.626 del mismo mes de 2023.

Panamá confía en que el tránsito migratorio por el Darién siga cayendo en 2025, pero no ve realista cerrar por completo el paso. Getty Images
BBC Mundo le preguntó al director de Migración de Panamá si el presidente Mulino cumplirá en 2025 su promesa de cerrar por completo el paso a migrantes irregulares por el Darién.
«Cuando el presidente habló de cerrar la frontera, obviamente lo hizo en sentido figurado, porque es una selva. Ni poniendo un muro podemos, de repente, cerrar taxativamente la frontera», respondió.
Por el momento, indicó, las autoridades panameñas proyectan reforzar el patrullaje en la selva y negocian con Estados Unidos el aporte de más fondos para ampliar el programa de retorno voluntario, deportaciones y expulsiones.
«Ojalá el tránsito llegara a cero, pero la verdad es que eso va a depender de agentes externos o de situaciones sobre las que Panamá como tal no tiene un efecto directo», sentenció.